Paysandú, Viernes 02 de Enero de 2009
Rurales | 02 Ene Dicen que Uruguay se parece mucho a otros dos países: Nueva Zelanda e Irlanda. Al menos es cierto en cuanto en los tres hay un problema: las producciones básicas son la carne y la lana, y ambos productos se obtienen de animales que están señalados como responsables de buena parte del «efecto invernadero»: la vaca y la oveja.
A modo de ejemplo, hay estudios que afirman que la producción de carne vacuna y de productos lácteos es responsable del 28% de los gases que emite Irlanda y eso preocupa a las autoridades de aquel país, según un informe de la BBC de Londres.
El problema principal es el metano (CH4) que se produce en el intestino de los animales como consecuencia de la manera en que hacen la digestión. Este gas es por lo menos 20 veces más contaminante que el dióxido de carbono (CO2).
Una vaca puede producir de 100 a 200 litros de metano cada día. El metano producido por ovejas y vacas es más potente que el dióxido de carbono en cuanto al daño que puede causar al medio ambiente.
Algunos investigadores aseguran que suministrar una pastilla a los animales podría reducir las emisiones, pero son muchos los científicos en Irlanda que dudan de la efectividad de este mé- todo. Otros están trabajando en la creación de nuevas razas de ganado que se desarrollarán mucho más rápido, lo que hará que emitan menos metano por el hecho de que vivirán menos tiempo.
hierba con más
grasas y más dulce
La situación en Irlanda se ve agravada por la dependencia del ganado de la hierba. Si bien es positivo a la hora de vender la carne vacuna como producto natural, ese tipo de alimentación aumenta la cantidad de metano que producen los animales. Ahora, investigadores del University College de Dublín aseguran que una hierba con más grasas y más dulce podría reducir la emisión de gases y beneficiar la salud humana.
Según el Doctor David Kenny, «aunque la hierba es un alimento bajo en grasa, puede manipularse recurriendo a diferentes cultivos».
Kenny dijo que «en el futuro veremos cómo ciertos tipos de grasas poliinsaturadas de la hierba mejoran la calidad del producto y la salud humana, al tiempo que reducen la producción de metano».
«Se trataría de una situación en la que todos ganen, tanto el productor como el consumidor».
Este enfoque es experimental y todavía no se ha demostrado su efectividad. Pero pese a los llamados para que se graven las emisiones de metano o para que se reduzca el número de cabezas de ganado, los políticos y granjeros irlandeses siguen apostando por una solución científica al problema.
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