Policiales | 30 Dic Cientos de hectáreas de campo y monte natural en las rutas 3 y 26 se quemaron ayer, y el menos cinco terrenos baldíos de nuestra ciudad corrieron la misma suerte, en lo que constituyó una nueva jornada de intenso trabajo para el Destacamento de Bomberos. Según información extraoficial, luego de una mañana particularmente tranquila, los efectivos debieron intervenir en al menos cinco oportunidades para sofocar incendios de campo en varias zonas del departamento. Próximo a las 13:30 se trasladaron hasta el kilómetro 49 de la Ruta 26 -en las inmediaciones del establecimiento rural “El Tropezón”-, donde un incendio de grandes dimensiones devoraba campo y monte natural. Luego de varias horas de trabajo en colaboración con personal de la empresa forestal “Eufores”, el siniestro fue controlado y las pérdidas estimadas en 250 hectáreas de campo, 5 de monte natural y 30 de pasto pertenecientes a la referida empresa.
Fuego en la ciudad
La seguidilla de incendios continuó a partir de las 15, cuando tomó fuego un predio contiguo a un aserradero ubicado en las inmediaciones de Vizconde de Mauá y Andresito. Las llamas se apoderaron rápidamente de las malezas, pero el accionar de varios empleados del aserradero, quienes acudieron con un tractor y un tanque con agua, fue determinante para que el fuego no se extendiera hacia predios vecinos.
Casi simultáneamente y a una cuadra de allí, frente al Batallón “General Leandro Gómez”, otro incendio en malezas motivó la intervención de los Bomberos. En esta oportunidad, el fuego se generó cerca del alambrado que separa el predio de la calle y desde allí, gracias a la acción del viento sur, el fuego se extendió rápidamente hacia el resto del terreno.
Varios vecinos y efectivos del Ejército acudieron a colaborar con los bomberos, pero el avance de las llamas motivó que varios propietarios de predios cercanos evacuaran a sus animales.
En ruta 3
Poco después la emergencia se presentó en una plantación citrícola ubicada en los alrededores del arroyo Guaviyú, en el kilómetro 429 de Ruta 3.
En esta oportuindad el viento también jugó un papel primordial, ya que posibilitó el rápido desplazamiento de las llamas desde un predio hacia otro ubicado a la vera opuesta del arroyo.
Luego de consumir varias hileras de pinos que protegen la plantación, el fuego se extendió hacia los frutales para luego continuar su avance hacia un predio propiedad de una empresa forestal.
La densidad del humo y las condiciones climáticas dificultaron el accionar de los bomberos, quienes debieron trabajar hasta la noche para extinguir completamente el siniestro. La colaboración del Ejército y de funcionarios de la Intendencia también fue fundamental.