Opinion | 04 Ene El Florencio Sánchez es sin dudas un referente entre los teatros del Uruguay de fines de la segunda mitad del siglo XIX y principios del XX, joya arquitectónica única que se destaca entre sus pares del Interior. Por tal motivo son bienvenidas las acciones que lleva adelante la Intendencia junto con el Ministerio de Educación y Cultura a fin de reparar los daños estructurales que sufrió tras varios años de haber sido usado como cine.
Luego de que fuera declarado Monumento Histórico Nacional, el 1º de julio de 1975, la comuna encaró una recuperación total lo más fiel posible para que volviera a lucir como sus años de esplendor.
Pero aunque a la vista del espectador no son tan notorias, hoy tiene fallas que es imprescindible subsanar para mantener este rico patrimonio sanducero, que aún en su actual situación sigue siendo el máximo escenario cultural del departamento.
En los últimos años se han realizado en el recinto actualizaciones menores en el área de electricidad y equipamiento electrónico, así como algunas obras de mampostería que ponían en riesgo la continuidad del uso de la sala.
Esas transformaciones, aunque necesarias. son poco apreciables por el público, que sin embargo sí puede observar desde las galerías el decadente estado del piso del escenario. Esa imagen se ve multiplicada en cada presentación que es televisada o fotografiada por los medios periodísticos, que naturalmente buscan ubicar sus cámaras en puntos altos donde sea posible captar la amplitud de la puesta en escena, lo que desmerece los espectáculos que en gran número se han ido sucediendo en la sala.
La reparación del piso de tablones --al menos desde el punto de vista estético-- no representa una gran inversión, por lo que sería conveniente encararla lo antes posible. Probablemente necesite tan solo una pulida a fondo y posterior sellado con productos específicos. Dado que hasta ahora no se considera necesario cerrar la sala, sería entonces conveniente en baja temporada comenzar las reparaciones por el piso, para que luzca como corresponde para el público y los artistas.