Opinion | 03 Ene A través de una serie de medidas que apuntan a condicionar beneficios para las instituciones de atención privada de la salud, el Ministerio de Salud Pública incorporó para este 2009 determinadas exigencias que apuntan a mitigar los efectos de enfermedades de carácter crónico en la población adulta, como es el caso de la diabetes y la hipertensión.
El director nacional de Salud, Jorge Basso, expresó que este año el esfuerzo de las instituciones deberá apuntar al diagnóstico y control de lo que las autoridades sanitarias consideran la “gran epidemia” de la población uruguaya, como es el caso de las enfermedades crónicas no transmisibles, entre las cuales se incluyen las dos mencionadas.
Con este objetivo, los prestadores de salud debieron preparar guías y protocolos sobre ambas enfermedades, y debieron fijarse metas para alcanzar a fines de 2009 y es así que a partir de julio las instituciones que cumplan con el diagnóstico y los controles de sus afiliados para ambas enfermedades cobrarán cerca de 20 pesos por cada afiliado Fonasa.
Contrariamente a lo que ocurre con otras afecciones, tanto en el caso de la hipertensión como de la diabetes el paciente está en condiciones de encarar un tratamiento muy efectivo que reduzca sustancialmente la posibilidad de manifestaciones agudas que podrían incluso derivar en la muerte, como casos de crisis cardiovasculares y comas consecuentes de los factores crónicos.
De ahí la necesidad de poner énfasis en la detección precoz y en los controles rutinarios, que pongan al alcance de los afectados la medicación y la atención periódica.
Lamentablemente, todavía existe un déficit notorio, tanto en el aspecto de la atención como en la educación de la población, desde que muchas personas que sufren de hipertensión y/o diabetes, ignoran su condición hasta que llegan a una crisis o con factores de riesgo exacerbados, por lo que debe valorarse como positivo toda intención de las autoridades ministeriales por encarar la contención de estas enfermedades crónicas no transmisibles, que son gran parte de la carga de morbimortalidad de la población uruguaya.