Locales | 02 Ene Cada viernes en esta sección relatamos historias de protagonistas que proyectan sus vidas alimentando sueños, fortaleciendo esperanzas, ilusionados con que aún existe un futuro mejor esperando por ellos. Muchos son los que con sacrificio, esmero y dedicación luchan para que esos anhelos se transformen en realidad.
La historia de hoy pertenece a una pareja joven que vive en el interior sanducero, la que estimulada por avanzar en un proyecto familiar, imaginó cómo sería su propia casa, la que luego levantó con sus propias manos.
EL TELEGRAFO visitó su hogar en el recientemente inaugurado complejo Mevir de Orgoroso, a 57 kilómetros al este del departamento por la Ruta 90 (“De los Charrúas”). La brisa de la tardecita hacía un poco menos agobiante la jornada y mientras entablábamos el diálogo podíamos observar al resto de los vecinos acondicionando sus viviendas, habilitadas hace apenas unos veinte días. Otros compartían un mate sentados a la vereda o escuchando música a un considerable volumen, porque la alegría reinaba en el lugar. En tanto, unos pequeños correteaban felices detrás de una pelota, completando un cuadro de evidente disfrute colectivo.
Oscar Ramos (26) y Elisa Barale (22) están casados, hace dos años proyectan su nueva familia y se aprestaban a comenzar este nuevo año estrenando la inmensa alegría que significó tener un nuevo hogar. Ambos son oriundos de Orgoroso y el Movimiento de Erradicación de la Vivienda Rural Insalubre (Mevir) les dio la oportunidad que muchos buscan. Contaron que “ya nos habíamos presentado en el plan anterior de Mevir y quedamos en una lista, pero no salimos sorteados”.
Aseguraron que los comienzos  fueron “algo complicados, porque no se conseguían terrenos para comenzar con las obras”. Entonces alquilaban una casa y esperaban con ansiedad la reciente concreción, a través de la cual la mayoría de quienes obtuvieron sus casas son matrimonios jóvenes con hijos pequeños.
Él es chofer en la empresa Raíces y Elisa es ama de casa. “Después de tanto tiempo de trabajo, unos dieciocho meses de obra, y con todo lo que demanda la construcción, es una verdadera satisfacción tener nuestro propio hogar”, dijo Oscar.
La realidad laboral motivó a Mevir a autorizar la construcción de este nuevo complejo, en el que técnicos y asistentes sociales hicieron un seguimiento para determinar las características de las familias que lo integrarían. Como todos los demás programas, la nueva construcción en Orgoroso se hizo por ayuda mutua, con el aporte del Ministerio de Vivienda Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente y colaboración de la Intendencia de Paysandú.
Este núcleo de 30 viviendas, el tercero en el lugar, está ubicado sobre el extremo este de la localidad.