Paysandú, Lunes 12 de Enero de 2009

La Voz del Público

Locales | 07 Ene El “galeón” de
puerto Madero
“Buenos Aires, 30/12/2008. Por casualidad fue hallado en  el puerto de Buenos Aires un galeón español del siglo XVIII. Lo que era una simple excavación para levantar un edificio en Buenos Aires ha dado lugar a un gran hallazgo: los restos de un galeón español del siglo XVIII que se hundió en el Río de la Plata y que llevaba enterrado más de 300 años”.
 Corría el año 1694 y llegaba  a Colonia del Sacramento una sumaca  con destino a Buenos Aires en la cual viajaba un griego que decía ser arzobispo de Samos. Se llamaba fray Joseph Giorgerino y decía ser arzobispo ortodoxo de Samos, hasta la ocupación de los turcos en la isla de Patmos (Grecia). Como consecuencia de la invasión buscó refugio en Roma con el Papa Clemente X. Luego partió para Francia e Inglaterra, donde pretendió dar misa y fue preso. Consiguió fugarse a España, donde el rey lo autorizó a pedir limosna en sus dominios. En Portugal ordenó a varios sacerdotes en la arquidiócesis de Braga. 
En el año 1692  fray Joseph Giorgerino había arribado a Brasil y continuó ordenando sacerdotes en Bahía y Rio de Janeiro. Por ese entonces algunos jesuitas desconfiados pidieron información a Roma, enterándose que no tenía autorización. En 1693  partió en una sumaca con destino a Buenos Aires acompañado por dos frailes y un muchacho veneciano al que lo llamaban secretario.
En 1693 llegó a Colonia del Sacramento, dominio portugués. El gobernador  Francisco Naper impidió su desembarque por no portar licencia del gobernador de Rio de Janeiro y ordenó la prisión del piloto y los marineros, ordenando que les quitaran las velas.
En represalia “El obispo” se vistió de tal y excomulgó al gobernador, oficiales y soldados. Con miedo a la excomunión los soldados desobedecieron las órdenes y ayudaron al obispo a huir hacia Buenos Aires. El gobernador Agustín de Robles Lorenzana  le negó la autorización a desembarcar, intimándole a levantar anclas y “seguir viaje” debido a que no tenían la licencia necesaria. “El obispo de Samos” respondió que habían sido robadas en Brasil
Entretanto una tempestad la hizo naufragar a corta distancia de la costa. “El arzobispo” pudo ser rescatado, fue llevado a casa del gobernador mientras que la tripulación al convento de Santo Domingo, donde más tarde también fue enviado. El tribunal de Lima con la anuencia del de Madrid ordenaron al griego a salir de Buenos Aires; pese a todo permaneció hasta 1702, hasta que monseñor Azcona Imberto le permitió que diese misa en Semana Santa y que nombrase sacerdote a su secretario Agüero. Vivió en una casa propia cerca del convento de La Merced hasta su muerte.
 Las crónicas  nos dicen que en la villa de Buenos Aires, entre 1694 y 1799 se hundieron tres navíos. El primero la sumaca  “San Sebastián” que transportaba al arzobispo de Samos, cerca de la costa de “la villa de Buenos Aires”; el segundo en enero de 1763 naufragó en el puerto, era la fragata de guerra española “Victoria”, y el  tercero el buque mercante “El Camarón”, bastante más lejos, 7.000 metros hacia el norte de la Casa Rosada.
 Si descartamos la fragata española por su tamaño el “galeón” encontrado  en Puerto Madero dicen que mide 20 metros y al buque mercante por la distancia de su hundimiento, solo nos queda la sumaca “San Sebastián”. A juzgar por los cañones de lastre “medias culebrinas”, parece ser de una época anterior a 1700. Si nos guiamos por su tamaño, las sumacas rondan los 24 metros de eslora,  por lo que podemos deducir casi con seguridad que es la sumaca “San Sebastián”, la del arzobispo de Samos. Alberto Moroy


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