Paysandú, Sábado 17 de Enero de 2009

Picaduras por araña del lino

Locales | 11 Ene DR. VICTOR GRILLE CENDÁN
Este artículo fue presentado en la Sociedad de Cirugía del Uruguay en noviembre de 1945 y publicado en EE.UU. en la revista Jama en 1947 con el título de “Bite of the Flax Spider”.

A fines del año 1928, desempeñando una suplencia en Drable, Dpto. de Soriano, durante la cosecha de lino, época de grandes calores, tuve la oportunidad de atender a seis obreros picados por la araña del lino.
Casi todos ellos fueron atacados mientras reposaban de sus tareas a la sombra de árboles o carros. Esto parece explicarse por el hecho de que en los movimientos inconscientes del sueño, la araña que se posaba sobre ellos era molestada y se defendía atacando.
El cuadro clínico es esencialmente motor y está caracterizado por contracciones musculares tónicas y dolorosas. Son verdaderas contracciones tetánicas que afectan los músculos estriados, principalmente aquellos de la zona que corresponde al lugar de la picadura.
La picadura sobre la región inginal provocaba contracciones en el miembro inferior de ese lado y de la pared abdominal.
La picadura en los miembros superiores provocaba contracciones de esos miembros. Las contracciones eran todas en flexión, no observé ningún caso de opisthotonus ni trismus.
Un solo caso con doble picadura (hombro izquierdo y parrilla costal izquierda) con trastornos respiratorios por dificultad en los movimientos inspiratorios del tórax sin llegar a la asfixia.
El examen de la piel me permitió en todos los casos observar el tatuaje de la picadura en forma de dos heridas punzantes como hechas por una fina aguja, ligeramente rojas, separadas escasamente un milímetro, sin otra alteración de la piel.
La temperatura axilar alcanzó cifras de 39º a 40º con pulso rápido. Disminución de la diuresis marcada en el primer día.
El diagnóstico no ofrece dificultad alguna y se hace desde lejos, pues el picado se queja a gritos, tanto es el dolor que le provocan las contracciones, que son exacerbadas por el transporte.
El tratamiento instituido fue el siguiente: de entrada 2 cc. de Morfina, enseguida baño caliente general de 15 minutos. Jarabe de cloral por boca 6 gramos diarios. Algunos enfermos presentaban náuseas, lo que obligó a administrar el cloral por enemas. Al día siguiente enema del codex. Los baños se repetían todos los días y hasta dos veces al día (su acción calmante era muy manifiesta). Reposo en cama en pieza oscura.
El cuadro mejoraba rápidamente, cedían las contracciones, el dolor cedía casi enseguida, la temperatura descendía paralelamente a la disminución de las contracciones. Entre los 5 y 7 días todo entraba en orden.
No observé secuela alguna y a los 10 días se reintegraban a su trabajo.


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