Opinion | 11 Ene Estamos en plena temporada veraniega y la vecina ciudad de Colón, a tan solo 20 kilómetros de Paysandú, se encuentra abarrotada de turistas ansiosos por conocer, pasear, hacer playa y disfrutar de las oportunidades de esparcimiento que se le presenten. Mientras tanto, nuestra ciudad duerme la siesta esperando que a algún curioso se le ocurra cruzar el puente para descubrirnos y así enterarse lo gratificante que es apreciar el atardecer desde la costa este, comer un asado en el balneario municipal, o la oferta gastronómica y nocturna sanducera.
Lamentablemente a cinco años de haber recuperado nuestras playas para baños recreativos, el sueño de ingresar al circuito turístico sigue siendo una utopía. Si bien es mucho lo que se ha hecho desde la Intendencia en este sentido, en los hechos los resultados son desalentadores. Pero por mucho, no quiere decir que se esté haciendo bien. Es notoria la falta de estrategias y planificación en política de turismo, donde se actúa en función de impulsos sin un objetivo claro. Participamos desde hace años en eventos internacionales de turismo como la FIT de Buenos Aires, con estands y folletería, pero no nos decidimos a distribuir esos mismos folletos en el puente internacional Gral. Artigas o en las playas de Colón, donde se encuentra un público potencial de miles de personas que en tan solo 30 minutos podrían estar disfrutando de nuestras playas.
En lo referente a infraestructura, repetimos los errores de años anteriores dejando las obras y las decisiones para último momento. Es el caso de la vereda peatonal que se está construyendo frente a playa Nueva, hoy detenida por la licencia en la construcción. Mediamos enero y aún no tiene fecha de terminación, justo cuando más podrían apreciarlo los turistas que ingresan desde el puente internacional y que deciden pernoctar en Paysandú antes de seguir viaje rumbo al Este.
Lamentablemente las obras que no se terminan antes de la temporada, no sirven, por cuanto solo generan incomodidad y contrario a lo que se pretende, en lugar de embellecer restan atractivo visual. Por tal motivo cuando se planifica un desarrollo de este tipo es imprescindible tener en cuenta todos los contratiempos que puedan presentar para que esté finalizado antes de la temporada. Tenemos todo el invierno para pensar y hacer; dejemos el verano para disfrutarlo.