Opinion | 14 Ene Todos los meses más de cien sanduceros, en su mayoría mayores concurren a Montevideo para someterse a cirugía ocular en el hospital Saint Bois, dentro de una campaña gubernamental para mejorar la calidad de vida de los uruguayos de menores recursos.
Sin embargo, el hospital sanducero cuenta con buena parte del equipamiento necesario para este tipo de operaciones que antes del actual plan nacional --patrocinado inicialmente por el gobierno de Cuba-- realizaba en buen número. Solo el Club de Leones financió más de 80 cirugías bajo la campaña denominada “Sight First”, todas ellas ejecutadas en el nosocomio local, para el que además donó equipamiento especializado valorado en varios miles de dólares.
Todo esto se esfumó cuando comenzó a ejecutarse en el país caribeño la Operación Milagro. Desde octubre de 2005 más de 2.000 uruguayos se vieron beneficiados por este convenio que ofrecía todos los gastos médicos, de alojamiento y de transporte gratuitos a quienes no podían costearse el tratamiento, por lo cual carecía de sentido continuar con la experiencia sanducera, que recibió un entierro de lujo tras la disposición de Salud Pública de concentrar todas las cirugías oftalmológicas en el flamante hospital Saint Bois.
No desconocemos las ventajas que implica concentrar las especialidades médicas en centros regionales, pero parece más razonable --y eficiente-- que una vez determinado un grupo numeroso de pacientes a ser tratados, se convoque a los cuatro o cinco galenos --o los que sean necesarios-- que desempeñan estas tareas en la capital para que hagan las intervenciones en instalaciones de Paysandú. Eso evitaría los problemas que implica trasladar anualmente hasta Montevideo a cientos de sanduceros, con el agravante de su baja visión --por eso es que van a ser intervenidos--, lo que les dificulta moverse en una ciudad de más de un millón de habitantes y que en muchos casos ni siquiera conocen. Todo indica que sería más económico para el Estado, lo que significa un doble beneficio. Por otra parte, esto podría ser el puntapié inicial para un centro regional de alta especialización que atienda las necesidades del Litoral, tanto argentino como uruguayo, donde se concentra medio millón de habitantes en menos de 200 kilómetros con centro en esta ciudad. Puede que muchos consideren descabellado que un paciente de Concordia por ejemplo, se traslade hasta aquí para ese tipo de intervención; sin embargo son muchos los sanduceros que han pagado elevadas sumas a una clínica privada de esa ciudad para operarse de la vista.
También en esto se trata de ser competitivos.