PARA AGAZZI NO HAY DISCRIMINACIóN

Rurales | 15 Ene Mientras el Poder Ejecutivo y las gremiales agropecuarias afinan detalles para aplicar las medidas previstas a fin de enfrentar las consecuencias de la sequía, de la que se verán beneficiados parcialmente los productores, en Paysandú --departamento que no es considerado entre los más comprometidos por la crítica situación-- las cañadas y arroyos se secan y el pasto prácticamente no existe.
Desde Santa Kilda, el productor Diego Henderson declaró a EL TELEGRAFO que “frente a mi campo pasa el arroyo Sarandí Grande, del cual dicen los que conocen la zona que nunca se había cortado. Ahora no solamente eso, sino que se secó”.
Acotó que ya está seco el pozo de la Escuela de Santa Kilda, que es de la época de la formación de la colonia; el arroyo Guaviyú está cortado y apenas le quedan algunos lagunones. Hoy apenas contamos con una cañadita que pasa cerca de la escuela y a la cual vamos a buscar agua unos 15 productores. Cuando esta se seque, lo que se estima será en estos días, en un amplio radio no habrá una gota de agua”, señaló.
Los productores continúan con la incertidumbre de quiénes se verán beneficiados con las medidas del gobierno, que no serán para todos, “y esto agrega más preocupación a la que ya tenemos”, indicaron.
Definiciones
A nivel del gobierno, en las últimas horas se ha conocido que algunas pautas ya están definidas, como que los productores serán los encargados de confeccionar la lista de los beneficiarios y que se instrumentarán al menos dos centros de distribución de forraje por departamento.
Para el ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, ingeniero agrónomo Ernesto Agazzi, “no hacemos discriminación. La política es para todos los productores y aclaró que “no tiene la misma necesidad el que vive con 10 vacas a uno que engorda 2.000 novillos, que tiene capital y otra ingerencia económica. Son empresas necesarias y a cada uno se lo ayudará de acuerdo a su situación y gravedad”.
El lunes el Poder Ejecutivo anunció un paquete de medidas. Entre ellas, el aporte especial de U$S 3 millones para el sector y el llamado a licitación para importación de forraje. En ese momento, Agazzi reafirmó que el plan “no es para ayudar a empresarios”, sino a productores familiares.
Según una resolución de julio de 2008, los productores familiares agropecuarios son quienes cumplen simultáneamente con ser “una familia rural que trabaje personalmente, que realice la explotación con la colaboración de un máximo del equivalente a 500 jornadas zafrales y que explote menos de 500 hectáreas”, según informó El Observador.
inocentes
El vicepresidente de la Federación Rural, Miguel Bidegain, dijo que se sintió como “en el día de los inocentes” el pasado lunes, cuando el gobierno anunció medidas para ayudar a los productores que padecen los efectos de la sequía. “Para nosotros fue el día de los inocentes. En la mañana tuvimos una reu-nión con el ministro y el viceministro de Ganadería, que fue muy directa, muy franca. Alertamos sobre la situación de la agropecuaria nacional, dijimos que las medidas adoptadas eran totalmente insuficientes. Creí entender un reconocimiento del Ministerio de que se habían dormido. Pero tengo miedo que al ministro le hayan cambiado el libreto y nuestro interlocutor sea un seudo ministro de Ganadería”. Bidegain aseguró que los productores lecheros “no van a pagar ese 20% que le están pidiendo los préstamos en 90 días” y que “el 90% de la base forrajera del país se ha destruido y hay que recomponerla”.
“Las medidas no pueden abarcar solamente a productores familiares ganaderos, sino que hay empresas que están tremendamente complicadas y las intendencias deberían ser el brazo ejecutor de los proyectos e ideas que tenemos”, indicó.
La próxima semana llegarán desde Argentina los primeros quince camiones con forraje, que el gobierno entregará a pequeños productores.
Alimento
Si bien hay una licitación en curso para comprar 20.000 toneladas de ración, los primeros camiones llegarán la próxima semana a través de Prolesa, empresa de Conaprole abastecedora de insumos. El gobierno entregará el producto como préstamo, sin intereses.
Prolesa se comprometió a facilitar unas 5.000 toneladas entre afrechillo, cáscara de soja y girasol. Su presidente, Walter Lockhart, dijo a El País que se trabaja “en equipo” con el gobierno: “Ellos hablaron con la Secretaría de Agricultura de Argentina y tenemos más abastecimiento”. Actualmente tiene una demanda “mucho mayor” y superó “con creces” los pedidos del verano anterior. “Al no haber verde, la forma de mantener al ganado es con fardo y concentrados”, explicó. La empresa, que abastece a los 2.300 productores que remiten a Conaprole, trae de Argentina unos 30 camiones por semana de afrechillo de trigo, cada uno con unos 26.000 kilos. Además, cada diez días llega desde Argentina un barco con 1.600 toneladas de cáscara de soja, similar al afrechillo en cuanto a proteína y energía. También se trae girasol como fuente de proteína para el ganado. Además, se coloca como ración cebada sin calidad cervecera y trigo no apto para molienda, disponible en el mercado local.
lluvias
Las lluvias significan sin duda un alivio para el campo uruguayo, pero distan de ser las necesarias para sortear el déficit hídrico, que ya supera el de la anterior sequía grave de Uruguay, ocurrida en 1989, dijo a Observa el climatólogo, Mario Bidegain.
El especialista --que integra el Grupo de Tendencias Climatológicas de la Dirección Nacional de Meteorología--, subrayó que “es difícil” estimar cuánto debe llover para sortear el déficit hídrico acumulado desde los últimos 12 meses. Explicó que no solo se trata de recuperar agua visiblemente ausente en pozos, tajamares u arroyos, sino que es importante “recuperar la humedad del suelo”, reseco por la escasez de lluvias.
Las previsiones climatológicas para el trimestre diciembre-febrero no son auspiciosas. Según repasó Bidegain “se preveía una complicación en las condiciones de la seca”, por ausencia de precipitaciones. El especialista destacó que las zonas más afectadas son las ubicadas al sureste y suroeste del país y que los daños constatados se estima que ya son superiores a los causados por la sequía de 1989, año en que los registros indican que las zonas más afectadas fueron las ubicadas al norte del país.