Locales | 16 Ene El Prado, Palmitas, Cardona, Fiesta de la Patria Gaucha, Festival del Gaucho, Valentín Aparcero en Salto son algunos de los ruedos que han vibrado con la emoción que solo el “Pato” Mendiondo sabe trasmitir en cada relato.
Nacido sobre las costas del arroyo Bacacuá, a muy temprana edad se sintió atraído por las actividades ecuestres. Primeramente tuvo a cargo jinetes, pero actualmente cuenta con su propia tropilla: “Los moros de la Patria Vieja”. Por otra parte, hace dieciocho años que forma parte del equipo de trabajo de radio Rural en Montevideo y siete que tiene su propio programa temático.
Espigado y de larga cabellera, de voz suave y relato pausado, este hombre aceptó hablar de las cosas simples de la vida, de su carrera como relator de jineteadas y de los nuevos tiempos que le ha tocado vivir.
A sus cincuenta años, recuerda que sus inicios como relator de jineteadas se remontan a los comienzos de la Patria Gaucha, en Tacuarembó y su espejo de referencia e inspiración fue el relator Héctor Umpiérrez. “Ese hombre tiene la capacidad de eclipsar a cualquier platea y mantener atrapados a grandes y a chicos, con una impronta digna de rescatar. Sus versos y la dulzura de sus recreaciones orales son verdaderamente un deleite para los espectadores”.
En cuanto a su trabajo como relator, Mendiondo asegura que sigue siendo un gurí, porque el relato lo mantiene lo suficientemente identificado con las cosas simples de la gente de campo. En cierta forma, la narración le permite llegar no solo al jinete, sino a su propio entorno. Por ello intenta crear un hilo conductor entre el momento específico de la doma y los breves comentarios que ayudan al espectador a entender un poco más al jinete que lucha por mantenerse sobre el caballo en la arena del ruedo.
“Procuro, a la vez, que todo aquel que está escuchando la radio sienta como si estuviera en el mismo ruedo y que al nombrar al jinete y al pago que representa otros también se sientan identificados con esas referencias”. Su primera ida a un campo de jineteadas fue gracias a su abuelo Félix Sorondo y a Pedro Lichero, que cuando era un niño de siete años lo llevaron al predio de la Exposición Rural Feria, a unas domas organizadas por el club Centenario.
Consultado sobre cómo lo recordarán, imagina que como un hombre que integró la familia rural y que conoció muy de cerca el rancho y el pago donde vivió. Es el segundo de cuatro hermanos: Rogelio “Tani”, Luis Pedro y Jorge.
En sus reflexiones finales, Mendiondo asegura que “todo tiempo pasado fue mejor. Porque hoy vivimos en el mundo de lo inmediato. Todo tiene que ser ahora y el fácil acceso a lo material ha quitado otras cosas, más valiosas, de los entornos familiares de los viejos tiempos. La familia está en crisis. Una persona a los cuarenta años ya ha tenido cuatro parejas y unos cuantos hijos”, comentó Mendiondo.