Paysandú, Miércoles 21 de Enero de 2009
Locales | 20 Ene En julio comenzó en nuestra ciudad la clasificación de residuos, medida, que aún no ha sido totalmente aceptada por la población. En algunos puntos de la ciudad se entregan bolsas de nylon en color verde, las cuales, por su color dan a entender de antemano que son las adecuadas para realizar la clasificación. Pero esto no basta, y los ciudadanos de Paysandú las utilizan para poner allí todos sus residuos, no respetando la medida dispuesta.
Con este accionar perjudican no sólo al medio ambiente, sino también a los cientos de recolectores de residuos que giran por la ciudad en la noche.
Y lo ilógico de esto es que una vez que juntan de la calle las bolsas verdes, con la esperanza de encontrar lo que tanto anhelan, se encuentran con un panorama totalmente distinto. Residuos de toda índole, restos de comida, papeles, residuos sanitarios y más, todo en la misma bolsa.
En las ciudades, una persona media puede llegar a producir hasta una tonelada de residuos al año, una cantidad que desborda muy pronto los vertederos de basura locales. A veces, las ciudades recurren a la incineración de residuos o los transportan a otras zonas, tal como ocurre en Paysandú.
Pero lo paradójico es que algunos lugares entregan de forma abierta las bolsas en color verde, tal cual predica su color, con un fin ecológico, pero los usuarios prefieren no perder tiempo en sus hogares, y por lo tanto, no realizan la clasificación correspondiente.
Recorrimos la ciudad y sorprende el número indiscriminado de hogares donde no respetan siquiera el uso de la bolsa verde, y otros las utilizan, pero mal.
En Paysandú existen numerosos carritos recolectores de basura.
Ramón, Pedro y María son tres hermanos menores de edad, que cada noche realizan esta tarea, más allá de que al preguntarles, dicen conocer los derechos del niño, donde se establece que no deben trabajar. El mayor, Ramón de 15 años, no duda en agregar que “no lo hacemos obligados por nuestros padres, sino para ayudar en el hogar”.
Todas las noches recorren la zona céntrica aproximadamente a las 20, levantan las bolsas conteniendo residuos. Encuentran muchas bolsas verdes, donde deben ir los residuos previamente clasificados. Lo alarmante de esta práctica, que lleva muchísimos años para algunas familias, es que se encuentran con una de cada 10 bolsas donde realmente al abrirla, los residuos están clasificados. Por eso destacan la actitud de Rosa, una señora de calle 33 Orientales, en la zona céntrica, que todas las noches les deja en una bolsa aparte, previamente acondicionada, restos de comida, en buen estado y pronta para ingerir. Pero de la figura humanitaria de Rosa, también encuentran el polo apuesto, bolsas verdes, de las que supuestamente debe de ir la basura previamente clasificada en nuestros hogares, pero donde dicen “encontrar lo que sea”. No temen a las palabras, y María -la hermana del medio- con 12 años, dice apresuradamente “una vez hasta había un gatito muerto en una, mezclado con otras cosas”.
En la ciudad de Paysandú aproximadamente un 15% realiza la clasificación de residuos, y el resto hace oídos sordos a esta iniciativa.
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