Paysandú, Lunes 26 de Enero de 2009

Toxocariasis: una enfermedad generalizada que es prevenible

Locales | 26 Ene La toxocariasis es una enfermedad transmitida a través de las heces de perros y gatos y en casos extremos puede significar la pérdida de la vista en el ojo huésped del parásito. Al menos uno de esos casos extremos ocurrió en Paysandú.
Se trata de un niño de 10 años, que de acuerdo a los análisis oftalmológicos determinó “un granuloma periférico con un desprendimiento de retina perilesional muy localizado”.
El informe médico al que tuvo acceso EL TELEGRAFO establece que se le hizo el llamado “test de Elisa” para toxocara, y dio positivo. Hechos todos los demás análisis, mostraron que no tenía una toxocariasis sistémica, sino que solamente afectaba ese ojo.
Dice el detallado trabajo médico que “el tratamiento consiste en la utilización de corticoides vía sistémica. Cuando las larvas mueren se desintegran y provocan una reacción inflamatoria seguida de granulación”, aunque aclara que los corticoides también desinflaman. Más adelante, establece que “en la mayoría de los casos con toxicariasis ocular con lesiones comunes como granulomas, el pronóstico visual es excelente. La pérdida de visión en los casos graves puede estar causada por fenómenos de tracción importantes, heterotipia macular y desprendimiento de retina entre otras causas”. Este es el caso del niño sanducero.
¿De qué se trata?
La toxocariasis es una infección zoonótica cosmopolita causada por los gusanos nematodos parásitos Toxocara canis y Toxocara cati, provenientes de perros y gatos respectivamente. El hábitat habitual de estos parásitos es el intestino delgado de los perros y gatos, cuyas hembras ponen entre 150.000 y 200.000 huevos por día, los cuales son eliminados con las heces y al cabo de 2 a 3 semanas se tornan infectantes. El hombre se infecta al ingerir los huevos --eliminados por los animales-- presentes en alimentos u objetos contaminados.
El ser humano es un huésped accidental del Toxocara canis, del que se infecta al ingerir accidentalmente huevos madurados que se hallan en un suelo contaminado y, de modo especial, los niños jugando con sus perros.
Debido a que el hombre no es el huésped definitivo del gusano, las larvas son incapaces de madurar en él, lo que hace que migren erráticamente por todo el cuerpo causando reacciones inflamatorias. De allí el nombre de larva migrans visceral. Son gusanos cilíndricos de extremos puntiagudos con 3 labios en su boca, de color rosado claro nacarado.
Las hembras adultas miden alrededor de 15 centímetros y los machos casi la mitad. Los huevos miden 80um. (micrómetros) y las larvas entre 0,4 mm de largo y 0,02 mm. de ancho. En las condiciones adecuadas, los huevos pueden sobrevivir de 2 a 4 años.
Variada sintomatología
La toxocariasis ocurre en todo el mundo y su mayor incidencia se da en áreas rurales y países tropicales.
Es más frecuente en niños y niñas de entre 2 y 7 años. Sus síntomas son: fiebre, adenopatías, artralgia, hepatoesplenomegalia, y si se instala en el pulmón puede presentarse como tos, expectoración, bronquitis, asma, neumonía con estertores. En caso de alojarse en el cerebro puede llegar a dar encefalitis, meningitis, epilepsia y alteraciones psiquiátricas. En los ojos, causa endoftalmitis y lesiones granulomatosas frecuentes en la parte posterior del ojo y visibles en el fondo de ojo.
El desprendimiento de retina, opacificación del humor vítreo y tumor fibrótico (con compromiso visual parcial) son algunas complicaciones en casos crónicos. La ceguera puede ser el final de la forma ocular de la enfermedad no diagnosticada a tiempo y no tratada correctamente.
El tratamiento se basa fundamentalmente en la administración de medicamentos específicos para eliminar las larvas del organismo. En casos de toxocariasis hepática, pulmonar u ocular puede utilizarse quimioterapia.
CóMO DISMINUIR LOS RIESGOS
Según la mayoría de las fuentes consultadas, la posibilidad de sufrir problemas disminuye con el aseo de las manos y el cuerpo; el tratamiento a los animales domésticos y los controles de rutinas desparasitarias en perros y gatos; educación sanitaria y reducción del número de perros callejeros.
Afecta con mayor prevalencia a niños, teniendo en cuenta sus hábitos y actitudes como el llevar todo los objetos a la boca, al estar en contacto cuando juegan en parques y lugares públicos contaminados con las heces de animales infectados.
La Toxocariasis canis debe ser prevenida mediante el control veterinario periódico y el tratamiento antihelmíntico de los animales domésticos, sobre todo cachorros, para eliminar los gusanos de su intestino delgado.


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