Nacionales | 26 Ene Descalificados
El precandidato frenteamplista José Mujica está en un tire y afloje con el asesor de la Cámara de Comercio, Juan Mailhos. Éste lo calificó de “impresentable” y el senador lo acusó de tener “odio de clase” e incluso le recordó que podría en el futuro tener que negociar con él.
Mailhos dijo al semanario “Crónicas” que no se imagina un nuevo gobierno frenteamplista encabezado por el senador Danilo Astori, ni tampoco por el líder del Movimiento de Participación Popular. “A Astori se lo comerían por dentro y no sé si tiene capacidad política de articular al propio Frente Amplio. Ha sido la historia constante de Astori, cada vez que se ha postulado a la candidatura. No me imagino un gobierno de Astori”, afirmó. Mientras que a Mujica lo calificó de “impresentable”. “Desde su historia, su tradición... impresentable”, agregó.
Informa “La República” que en su audición de M24, Mujica le respondió que tiene todo el derecho de pensar como le plazca, pero sus declaraciones podrían perjudicar a la propia cámara. “Mirá si mañana tiene que negociar con alguno de los personajes, ya de entrada arranca con una denostación. Porque una cosa es pensar y otra es decir”, dijo.
Un “opinólogo”
Pero Mailhos no fue el único con quien Mujica tuvo enfrentamiento por cuestiones “de clase”. El líder del MPP también respondió al precandidato colorado Pedro Bordaberry, quien ironizó desde su espacio en Facebook --otro más pegado a la red social-- sobre el viaje a Punta del Este de Mujica, a quien catalogó de “opinólogo”.
Según “Últimas Noticias” Bordaberry escribió que Mujica fue al balneario “aprovechando la seca y que las cámaras están allá”. Cuestionó al senador oficialista porque “descubrió” que en el Hotel Conrad trabajan 2.000 personas. “Nadie le aclaró que hace más de diez años que en ese hotel trabaja esa cantidad de personas y que, además, el Conrad le da trabajo de manera indirecta a cuatro mil personas más”, añadió. Además, dijo que es un “opinólogo” que “pretende ser el presidente de los orientales”. Señaló además que el senador dio una “clase de liberalismo económico” a los operadores turísticos, al plantearles la posibilidad de crear una línea aérea por cuenta propia. Y preguntó si “nadie le dijo” que Víctor Rossi y Danilo Astori “le entregaron Pluna al señor Campiani, junto con 50 millones de dólares y una garantía de 200 millones de dólares para comprar aviones”.
“Las vísceras de clase”
El precandidato frenteamplista respondió que a muchos “les salen las vísceras de clase” y “no pueden concebir que gente humilde venga a disputarles el corazón de la gente”. Por lo visto, Mujica considera que mucho --por no decir todo-- tiene que ver con clases.
“Yo no le di ninguna clase a nadie y confieso lo que no sé. No me meto de doctor prepotente y aristocrático, sencillamente, a inmiscuirme en todo, incluso, hasta en la política de la región”, dijo a “La República”. “En lugar de rebuznar, sería bueno que trabajara por levantar su Partido Colorado, que buena falta le hace”, agregó.
“Yo no le voy a pedir consejos ni a él ni a su padre; voy a hablar con la gente que está trabajando, no con la aristrocracia del país”, afirmó Mujica. “Estos señores no pueden concebir que otros les disputen el gobierno, y mucho menos, que venga gente humilde a disputarles el corazón de la gente. Se sienten como indignados y lo critican todo. En última instancia le salen las vísceras de clase. Dicen que son liberales, pero ¡por Dios!, en realidad tienen un liberalismo censitario”, sostuvo.
No repetirá errores
Como Luis Alberto Lacalle fue presidente y pretende serlo nuevamente, ya se está atajando al asegurar que no repetirá “lo mismo, ni los mismos errores”. El que se ataja, pierde un punto, dicen por ahí. Según informa el mismo matutino, en una reunión de Unidad Nacional Lacalle habló de las grandes líneas de acción de su propuesta.
“El Partido Nacional tiene que ser incluyente: frente a la inoperancia, la certeza”, dijo. Subrayó logros de su gestión de gobierno entre 1990 y 1995 pero, por las dudas, afirmó: “No habrá repetición del pasado”. “No repetiremos lo mismo, ni los mismos errores”, añadió. Consultado sobre los errores de su gestión, señaló: “Cuando planteábamos transformaciones muy profundas, no preparamos a la opinión pública lo suficiente. Es como el que va manejando un camión con mucha gente y no avisa ‘viene curva’; no hicimos sentir a la gente que iba a ser mejor vivir en un país en el cual iban a haber determinados cambios... Alguno salió y me exime de probarlo”. Puso como ejemplo el sistema de seguros y la ley de puertos.
Respecto a la ley de empresas públicas, el ex presidente admitió: “Quizás debimos hacerla segmentada, nos faltó instruir un poco más a la gente de lo que se proponía para lograr una receptividad mayor”.