ESCRIBE EL DOCTOR
RODOLFO CANABAL

Locales | 27 Ene En  nota inserta el 18 del corriente en el diario metropolitano “El País”, bajo el título “Sabio consejo”, se transcriben y analizan recientes declaraciones realmente importantes de quien, hasta hace pocos días era embajador de Estados Unidos acreditado ante nuestro país, en circunstancias en que en rueda de prensa se despedía. Refieren a  cuestión que tiene íntima relación con un tema que fue motivo de comentarios en esta columna y que también muchos periodistas analizaron con real preocupación: la necesidad de promover  el aumento de la matrícula universitaria nacional.
   Dicho diplomático expresó públicamente que en nuestro medio “hay que formar más personas para industrias del siglo XXI”, lo cual quiere decir, en esencia, como se expresa en dicho comentario, “que debemos educar y orientar mejor a nuestros estudiantes, alentándolos a perfeccionarse en disciplinas modernas como la ingeniería y la capacitación en computación”. Agrega que “en ello coincide con diversos diagnósticos sobre nuestra enseñanza que denuncian atrasos. También con recientes expresiones de directivos de la multinacional TaTa, que emplea a centenares de personas en nuestro país, y que decían que podrían dar trabajo a muchos más uruguayos si estuvieran mejor capacitados”.
Tales conceptos coinciden plenamente con lo que el año precedente informó el BID sobre la educación en América Latina sobre el nivel de educación para la obtención de empleo bien remunerado, que a Uruguay lo ubica en el 59%  referido a los jóvenes de 15 a 19 años, en lo cual nos superan Perú con el 83%, Brasil con el 72% y México con el 65%, en tanto están más abajo en la lista Chile y  Argentina con el 53%.
En el caso de Uruguay, Chile y Brasil los datos emergen del Programa Internacional de Evaluación (PISA) de 2003. La información glosada fue publicada en el diario precitado en  su edición del 28 de octubre de 2008.
La necesidad de incrementar el número de quienes se forman en estudios universitarios ha sido, con reiteración, tema al cual  quien escribe ha prestado atención en sus comentarios periodísticos,  muy particularmente después de conocer las conclusiones que se hicieron en el “Seminario Universidad y Mercosur”, realizado en Montevideo en agosto de 1992 por la Organización Universitaria Interamericana.
Según el informe sobre desarrollo humano del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) de 1991,  glosado  en el documento final de dicho seminario, ha cambiado el tipo de brecha entre el núcleo de países altamente industrializados y los latinoamericanos. Eso se refleja en que los estudiantes en educación científica superior eran entonces, en aquellos países, seis veces más, tenían nueve veces más cuadros técnicos y científicos, y concentraban el 96% de los gastos en  investigación y desarrollo a nivel mundial, lo que  ha potenciado tal brecha. Se tiene entendido que ello no ha tenido sustanciales alteraciones con posterioridad a la fecha precitada.
Como en esta columna se expresó el 27 de setiembre de 2005, y en conceptos anteriormente también expuestos, no se entiende que haya sido adecuada la política que se ha seguido desde hace mucho tiempo en materia de recursos presupuestales para la Universidad de la República. Si bien en el actual período ello se ha mejorado, aún no ha llegado a alcanzar para acordar, a tan importante organismo, el nivel óptimo que le permita atender adecuadamente las necesidades del país en las materias propias a sus tan importantes cometidos, algo que en esencia es inversión y no gasto.
El señalado necesario incremento de los estudiantes universitarios es problema que tiene, además,  un factor negativo al cual está  muy ligado: el alto número de los que no culminan el ciclo que precede a dicha enseñanza, cuestión que ha sido señalada recientemente entre muchos factores que actualmente son motivo de estudio.
Tales los conceptos esenciales que asunto tan importante induce exponer. Su solución, por tanto, no se limita a la cuestión presupuestal; requiere que todas las autoridades con competencia en las diversas y muy importantes áreas comprometidas aborden conjuntamente su estudio para acordar las fórmulas adecuadas para ser aplicadas, lo que requerirá  un proceso que ciertamente no ha de ser breve. La Universidad de la República ha puesto en ejecución diversas medidas, algunas ya señaladas y comentadas en esta columna, que entre otras finalidades buscan introducir flexibilidades a los estudios universitarios, facilitar los cambios de carreras mediante la validación para ello de los cursos aprobados, coordinar su gestión con la de ANEP y facilitar el acceso a los cursos de los estudiantes del Interior.
Hemos de volver  sobre tema de tanta trascendencia.