Locales | 30 Ene El proyecto que se ejecuta en el Centro de Desarrollo Guichón Innova ha permitido que jóvenes de diferentes orígenes y contextos sociales sean parte de una experiencia de capacitación única para el interior sanducero. Esa experiencia abre nuevas puertas y posibilita que algunos sueños puedan transformarse en realidad.
Pauel Carrasco y María Inés Arévalo participan de esa capacitación, que les ha cambiado su visión del campo laboral.  
El tiene 20 años. Su familia está compuesta por siete hermanos, sus padres y abuelos. Sostiene que siempre le interesó la computación, pero vivir en Merinos le impedía desarrollarse en esa área. Enterado de esta posibilidad se contactó con los responsables del programa, acercó la documentación que se requería y obtuvo un lugar. Ya había estudiado para técnico empresarial a través de cursos dictados por el Centro Latinoamericano de Instrucción Empresarial (CLIE) en la Liga del Trabajo de Guichón, ciudad donde también cursó el Ciclo Básico.
“Esto significa una gran oportunidad; porque de programación yo no tenía ni idea. Ahora que estoy en este proyecto y que más o menos entiendo, veo que es una puerta enorme que se me abre. Por lo tanto, si tengo la posibilidad de seguir estudiando voy a continuar, porque anteriormente a todo esto no pensaba seguir. Hoy es mucho más fácil llegar a distancias que, aunque soñadas, no tenía posibilidades de llegar”, aseguró.
Si no hubiera surgido esta posibilidad, su destino laboral estaría orientado a otros oficios. Asegura que trabajó “en la carpintería” junto a uno de sus hermanos, ayudando a su padre, que hace viajes, y “también en el campo, cuidando animales”. Si bien no se imagina aún mucho sobre su futuro, insistió en que seguirá estudiando.
Para María Inés Arévalo (22), segunda de tres hermanos, “la experiencia ha significado varias cosas, como cambiar lo que estudiaba, pues esto tiene futuro”. Si bien no imaginaba mucho cómo resultaría la experiencia, tiene confianza de avanzar en el proyecto. Estuvo en Montevideo un año, de donde regresó porque extrañaba mucho. Luego estudió Gastronomía en Concepción del Uruguay, hasta que un día vio en el diario el anuncio de esta capacitación y se interesó. A diferencia de Pauel es de Paysandú y está alojada en el Hogar de Ancianos de Guichón, junto a dos compañeros más que también son de la ciudad capital.