Paysandú, Domingo 01 de Febrero de 2009
Locales | 25 Ene PARA QUE NO SE
MUERA EL GANADO
Tal vez usted que tiene algunos años haya visto o escuchado que a los “pozos negros” (biodigestor) se les echaba una comadreja o gato muerto para que funcionaran mejor. Nadie sabía el porqué. Hoy sabemos que cuando los organismos mueren, sus cuerpos se descomponen y liberan el nitrógeno que hay en ellos. En este caso su descomposición generaba un crecimiento desmesurado de bacterias capaces de digerir toda la materia orgánica que en ellos se vertía. A manera de ejemplo, podemos hacer lo mismo si le echamos en pequeñas dosis, urea o cualquier otro fertilizante de liberación lenta por el inodoro.
Como la naturaleza es sabia, el agua de lluvia contiene nitrógeno formado por amoníaco y nitrito amónico. El amoníaco se forma por la reacción del nitrógeno y del hidrógeno que existe en las capas altas de la atmósfera, debido a las descargas eléctricas durante las tormentas y la radiación ultravioleta (400mm. de lluvia aportan 11,2 kilos por hectárea).
Ahora usted ya sabe por qué el pasto o las plantas crecen mucho más con agua de lluvia que con la de OSE o de la bomba; también comprenderá el motivo por la cual los metales (herramientas y otros) dejados a la intemperie se oxidan mucho más, o el agua de las piscinas se llena de “verdín” en forma acelerada obligando a duplicar la cantidad cloro.
La cantidad de fósforo excretada por una vaca equivale a la de veinte personas. Imaginémonos por la sequía, pocos y escasos abrevaderos con una alta concentración de animales deponiendo en las proximidades. Si a esto le sumamos las altas temperaturas, intensidad de la luz solar y la posible concentración de nutrientes por el lixiviado (migración de materiales del suelo) de fertilizantes procedentes de explotaciones agrícolas, convertimos a estos pequeños espejos de agua en un caldo de cultivo para el desarrollo explosivo de cianobacterias
Las cianobacterias son un tipo de bacterias que contienen clorofila y pigmentos fotosintéticos que utilizan para captar la energía de la luz solar y sintetizar azúcares. Producen una o varias toxinas potentes (neurotoxinas, hepatotoxinas o dermotoxinas) que pueden ingresar al organismo por ingestión directa de agua, por floraciones, por contacto a través de baños, por inhalación, por spray o por consumo de animales expuestos a cianotoxinas
Casi seguro que a esta altura de la lectura usted tiene pocas dudas del porqué de la muerte de 37 vacunos en un campo de Canelones, a unos 18 kilómetros de la ciudad de Migues. “Al ver que sus animales se estaban muriendo apilados en las sombras del galpón o debajo de los árboles, Trujillo llamó a un veterinario. Al profesional le sorprendió la sucesión de muertes. Enseguida se comunicó con el Laboratorio Rubino. Pocas horas más tarde, técnicos de esa repartición estatal retiraban muestras de los animales muertos. Desde un primer momento las sospechas apuntaron hacia el tajamar casi seco que se encontraba en uno de los extremos del potrero. Tras las muertes de los vacunos, Trujillo ordenó que colocaran al tajamar una cerca eléctrica para evitar que otros animales se acercaran a beber”.
Sin dudas una vez contaminada el agua lo que queda por hacer es poco. No obstante, si se puede cercar el tajamar (futuras muertes y mantenimiento) también es probable que se pueda sifonar (extraer el agua del fondo) donde se acumula fósforo previo precipitado con sulfato de aluminio, profundizarlo (2 metros) a efectos de que el viento no recircule lo sedimentado y lo retroalimente. Quizás si tiene tanque australiano, una cobertura acromática (filme negro de polietileno) permita un mejor mantenimiento.
Todas estas tareas deben ser hechas por expertos. Seguramente las intendencias puedan asesorar, pero también el LATU tendrá un sitio de consulta. Alberto Moroy
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