Rurales | 30 Ene El reconocido empresario de Río Negro, Alberto Gramont, donó 500.000 kilos de forraje a base de trigo que salvará a miles de vacas y a decenas de productores del departamento de Florida. Días atrás, El País daba cuenta de la grave situación del departamento, de la preocupación de situaciones de violencia de parte de los productores desesperados, de su enojo y de la multiplicación de cuadros depresivos entre los tamberos.
El gran donativo de forraje llegó desde Young, y tomó por sorpresa a la Sociedad de Productores de Leche de Florida (SPLF). “Todo esto ha sido una sorpresa total y una demostración de la sensibilidad que tiene la gente. La gente está tomando conciencia, lástima que no lo hagan las autoridades nacionales”, dijo el presidente de la gremial, Héctor Javiel.
Explicó que Gramont se puso en contacto al principio de la semana con la SPLF a través del empresario floridense Edgardo Irigaray Tubino. En poco más de 24 horas, concretó una operación que supera los U$S 100.000 pero Gramont no quiere “hacer bulla” con esto, según dijo a El País. Varios de los 16 viajes con 30.000 kilos de alimento ya han llegado a Florida y al menos 270 toneladas ya fueron distribuidas entre parte de los 250 productores que beneficiará, y que tendrán sustento para unas 10.000 vacas por los próximos veinte días, de acuerdo con lo estimado por el presidente de la SPLF.
El donativo se reparte entre tamberos de hasta 25 vacas que recibirán 1.200 kilos, de 25 a 35 animales, 2.000 kilos, y de 35 a 60 vacunos lecheros tendrán 2.400 kilos. El agrónomo Hermes Filippini dijo al matutino local El Heraldo que el alimento “es de muy buena calidad”. Según explicó, “contiene entre un 50 y un 60 por ciento de harina y el resto es afrechillo”.
“El alimento --combinado con nutrientes y suplementos proteínicos--, se usa como base en la alimentación feedlot, técnica que consiste en alimentar al ganado basándose en raciones en un galpón, y de la cual Gramont es pionero”.
Desde el granero de la SPLF, Javiel dijo ayer que “es maravilloso cómo todos vienen y se llevan sus bolsitas con otro ánimo. Además para el embolsado, pesado y acopiado en bolsas de 50 kilos se ha sumado mucha gente. Esto es una cadena que por suerte se ha generado muy bien”, dijo el productor.
Impacto
Una recorrida de Gramont por varios tambos de Florida le impactó al punto de decidir el traslado de decenas de animales para evitar su muerte y la posterior desaparición de los productores.
“Cuando llegamos al tambo de Néstor Dalto venía cinchando ramas de sauce para darle de comer a los bichos. ‘Esto no puede ser’, dijo Gramont. Llevamos estos animales y los que se pueden ir juntando y los mantenemos hasta octubre”, relató Javiel.
Gramont es productor rural y empresario de Río Negro que se especializa en la cría de ganado por el sistema feedlot (engorde de ganado con granos en corral) y está desarrollando mucha agricultura granelera. Vive en el kilómetro 317 de la Ruta 3, en los accesos a la ciudad de Young.
Alberto Gramont SA. es una empresa que se dedica al recibo, acondicionamiento y almacenamiento de granos, y posee silos en los accesos a Young con una capacidad de almacenamiento para 24.000 toneladas.
Caliente
“Cuando el lunes este hombre (Ernesto) Agazzi dio la vuelta en helicóptero y después hizo declaraciones yo estaba temblando, pero de caliente. Era una barbaridad. La gente que está pasando mal y le estaban poniendo el dedo en el ojo y haciendo una apuestita de que el fin de semana iba a llover”, dijo Alberto Gramont.
A juicio del empresario rionegrense, la asistencia llegó tarde a varios lugares, entre ellos también a Florida. “Tendría que haber recibido ayuda a fines de octubre. Están paliando con un poco de la Intendencia y algo del ministerio”, dijo el productor.
“El martes pasé por Florida y estaba lleno de periodistas. No era por las notas, pero no yo no quería hacer una bulla, quería ver a la gente y estuvimos conversando. Mi señora lloraba”, relató. Ante la situación de sequía, Alberto Gramont sostiene que “no es pesimista”, pero que los pronósticos no son alentadores.
Gramont y su esposa quedaron consternados en la recorrida por Florida. “Gente grande, de 55 y 60 años, llorando porque pierde todo y el hombre se va a tener que ir como peón rural porque ya vendió la mitad. Cuando vi eso era cuatro veces peor de lo que yo pensaba”, relató.
“‘Me quedan ramas de sauces (para alimentar el ganado) para 20 días más’, me dijo un productor. El tipo hablaba y mi señora empezaba a llorar, así que nos tuvimos que ir. Era algo calamitoso”, explicó el empresario.