Rurales | 02 Feb La hotelería de terneros también le deja interesantes experiencias a quienes la están llevando adelante, máxime cuando la salud del animal y fundamentalmente su supervivencia está en juego. Ocurrió días atrás, cuando un paisano de la zona se brindó a “darles una mano”, ante la imposibilidad de lograr recuperar a cuatro terneros que llegaron muy debilitados y sin chances de poder continuar con vida. Aceptada “la changa”, el voluntario aprontó esa mañana agua caliente, le colocó café y una tableta de aspirina, y se decidió a darles “un sabroso café negro” de desayuno. Los terneros estaban echados y muy deteriorados. El secreto dice, el paisano, “es pararlo y que tomen el ‘café’ sin volver a echarse inmediatamente”. Algunas horas después, los terneros ya “pellizcaban” en los fardos que tenían alrededor y “se prendieron a la ración rápidamente”. Como se dice habitualmente: no hay nada mejor que un buen desayuno para arrancar bien el día.