Paysandú, Jueves 05 de Febrero de 2009
Locales | 31 Ene Miles de turistas argentinos vieron demorada su salida o ingreso a Uruguay, formándose colas de varios kilómetros a ambos lados del puente binacional “General Artigas”, y presentándose una viva protesta por decenas de turistas que incluyó golpes en las amplias vidrieras de las oficinas del paso de frontera. Del lado uruguayo, la cola de más de 700 autos se mantuvo desde poco después de mediodía hasta por lo menos las 18 con un largo de unos entre seis y ocho kilómetros, cuando EL TELEGRAFO culminó su recorrida por la zona.
A mediodía, la cola llegó hasta el empalme de Avenida de las Américas y Ruta 3. Hacia las 15, había bajado hasta la entrada a la zona balnearia del arroyo San Francisco, y a las 18 estaba nuevamente en la ruta.
Por suerte, algunos sanduceros vieron una posibilidad de ser solidarios y ganar unos pesos extra. Un frankfurtero con su carrito que también tenía refrescos y un heladero sirvieron para atenuar las necesidades de quienes esperaban, así como un vendedor ambulante -en moto- que ofrecía los tradicionales “bollos” para una merienda obligada.
Nunca visto
“No tengo memoria de una cola de ese tipo”, fue más o menos el comentario común de quienes conocen el tránsito en esa zona. Tampoco los turistas -de los que contó EL TELEGRAFO a las 15 en un trayecto, 409 vehículos argentinos, 3 chilenos y un brasileño- esperaban tener un plantón de más de tres horas desde que llegaron a la punta de la cola en la ruta hasta que pudieron pasar por el puente. Por supuesto, los vehículos marchaban muy lentamente, todos con el motor apagado y con alguno de sus ocupantes empujándolo cuando el de adelante se corría algunos metros.
“Hay gente que tiene niños, no hay baños ni donde comprar algo para comer o tomar”, se quejó un grupo de argentinos que esperaba para volver a su país. Y más o menos la misma queja presentaron los demás turistas con quienes dialogamos, coincidentes todos en que “por suerte está nublado y no hace tanto calor”.
No tan pacientes fueron quienes tras varias horas de cola, llegaron al puente alrededor de las 14. Cansados e inquietos por la demora del trámite burocrático, algunos comenzaron a hacer sonar su bocina, hasta que hubo quien se bajó del auto y empezó a pedir a viva voz que se apuraran. Al momento, había decenas de personas protestando por la demora, golpeando las manos y también los amplios vidrios que resguardan las oficinas en el paso de frontera. Luego, con la aparición de los funcionarios de Prefectura como elemento de disuación, los turistas se calmaron y todo volvió a la “normalidad”: quejas, bocinazos y preocupación por salir de allí.
También para entrar
Pero no solamente había turistas dejando el país: es la fecha clave del recambio, fin de algunas licencias y comienzo de otras. Por tanto, también del lado argentino la cola era larga, y Gendarmería dejaba pasar tandas de vehículos para que no quedaran parados sobre el puente. Sin embargo, hubo momentos en que se pudieron ver más de 30 autos, camionetas y camiones detenidos sobre el puente, el pasaje también era muy lento.
Sin embargo, ingresar a Uruguay demandaba menos tiempo que salir.
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