Locales | 04 Feb La entrada en vigencia, desde ayer, de la ley de las ocho horas para los trabajadores rurales, implica un gran paso adelante para los asalariados del sector, destacó a EL TELEGRAFO el Dr. Walter Duarte, asesor laboral de las gremiales de trabajadores rurales. Precisó el profesional que “finalmente, luego de muchos años de lucha de los trabajadores rurales, se aprobó la ley 18.441, que entró a regir esta semana y que determina el reconocimiento de la limitación de la jornada para trabajadores rurales”.
Indicó que “ese reconocimiento en realidad ya estaba determinado por la Constitución de 1934, pero en la práctica no se le reconocía a la mayoría de los trabajadores del campo, salvo a los de quintas, arroceras y en parte a los de monte”.
“Actualmente se extiende esta ley, afectando particularmente a lo que se llama agricultura de secano y ganadería. También se establece un régimen de limitación para los tambos y para la esquila”, acotó.
Precisó que “como característica saliente de la ley debemos precisar que no iguala el sistema en forma total con la industria y el comercio, sino que plantea algunos tipos de excepciones, y establece como novedad una limitación máxima entre jornada y jornada de trabajo que no existía en nuestra legislación”.
“Paralelamente reconoce el régimen de trabajo de la esquila, que se divide en cuartos, en lugar de dos partes, como es habitual para el resto de las tareas”, señaló. Evaluó Duarte que “esta es una gran conquista, que tuvo un trámite parlamentario muy largo; hubo ya en el 2005 un proyecto que había elaborado el actual gobierno, que se discutió en los Consejos de Salarios, en el consejo tripartito rural, sin que se lograra acuerdo. Luego se envió un primer proyecto que tampoco logró consenso y el segundo proyecto tuvo también avatares, y fue primero aprobado por Cámara de Diputados, con reuniones en las que se recibió a todas las partes”.
“Fue así que se le dio media sanción, pero en el Senado se lograron algunas modificaciones que venían reclamando los sindicatos para que fuera más parecido al régimen general. El texto definitivo es un gran avance en nuestra legislación, si bien no contempla plenamente la equiparación total que estaban reclamando los asalariados”, sostuvo el profesional.