Opinion | 10 Feb Lentamente aún, pero cada año más, distintos balnearios del país están incorporando mejoras que les permiten ser certificados como “playa natural” o, como comúnmente se les denomina, “ecoplayas”.
La certificación de Playa Natural es otorgada por el Ministerio de Turismo, al cumplir con los requisitos exigidos por el Reglamento, establecido por el Decreto 406/003 de 2003.
Para obtener dicha certificación se debe cumplir con programas de calidad de agua; suelos y aire; gestión de residuos; servicios y prevención y seguridad. También se realizará una inspección periódica del funcionamiento de los programas a través de un sistema de documentación y registros controlados, que permita la verificación externa de su cumplimiento.
Esta normativa incorpora el concepto de mejora continua como requisito de gestión para mejorar la calidad de vida de los veraneantes y los espacios públicos apostando a la calidad integral y reforzar la marca del país, que es Uruguay Natural.
El objetivo es implantar un Sistema de Gestión Ambiental en las playas que permita verificar el cumplimiento de las especificaciones exigidas por la norma, sin que esto impida anexar otros programas, que se consideren necesarios. Cabe destacar que en este sistema de calidad deberá especificarse la fecha prevista de ejecución, el responsable y los recursos asignados a cada actividad.
Para recibir la certificación un grupo responsable con autoridad demostrable sobre la gestión de la playa, debe establecer un compromiso ambiental público --llamado “política ambiental”-- donde implementará una metodología para identificar los diferentes impactos generados por las actividades de uso en la playa y evaluará su grado en términos ambientales.
El uso de la marca Playa Natural Certificada se otorga por un plazo máximo de 12 meses, recibe controles mensuales y puede renovarse anualmente mediante la realización de una auditoria ambiental externa.
En Paysandú desde 2007 hay playas certificadas, a lo que se ha sumado Las Cañas y, en los últimos días, Puerto Viejo. Iniciativas de este tipo son siempre bienvenidas puesto que implican un compromiso ambiental como forma de enriquecer una oferta de turismo interno y regional.
La exigencia de mejora continua como requisito de gestión es fundamental para mejorar la calidad de estos espacios públicos en forma integral puesto que implica la existencia de más y mejores servicios para los visitantes, mayor seguridad, información y, fundamentalmente, la vigilancia atenta del cumplimiento de las normas ambientales.
El río Uruguay, por sus bellezas paisajísticas y la calidad de sus costas e islas, tiene mucho por ofrecer todavía y es bueno que los gobiernos departamentales asuman este tipo de compromisos que tanto benefician el recurso natural y la calidad de vida.