Paysandú, Jueves 12 de Febrero de 2009
Locales | 10 Feb El ingeniero agrónomo Daniel Durán del Campo efectuó el 5 de junio de 2008 la correspondiente denuncia ante la Codesa, por la situación que le tocó atravesar ante la utilización de determinados específicos veterinarios, recibiendo una respuesta el 29 del mismo mes.
Al recibir la contestación al planteo del problema sanitario referido al tema garrapata del establecimiento “Don Jacinto”, elevado a la Conhasa por intermedio del doctor Pedro Castrillón, delegado de la ARU. El profesional sanducero separa el tema en dos aspectos.
En la carta dirigida al doctor Eduardo Paradiso, responsable de la Comisión Departamental de Sanidad Animal (Codesa), se refiere primero al aspecto humano. “Respecto del mismo debo decir que recibí del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, del laboratorio Rubino y de la Facultad de Veterinaria, la mayor atención y solidaridad frente a un problema que en determinado momento pareció insoluble”.
“Segundo, en cuanto a los resultados de los mismos, sentí impotencia y la falta de elementos que tenían los citados organismos para quien, con absoluta ingenuidad, compraba específicos que no tenían la menor garantía”. Agrega que “hoy tenemos la información que a los piretroides resistentes hay que sumar Fipronil ‘Ectoline’. Da, de acuerdo al Laboratorio Rubino, sensibilidad y el mismo requiere más garrapatas para realizar una nueva prueba. Dejamos para atrás el Eco top, producto que dado 6 días antes del embarque resultó inoperante, pues fue rechazada la tropa”.
“Hemos puesto con honestidad y claridad el problema arriba de la mesa, pensando que el mismo no era un problema personal, sino por el contrario nacional y regional. Hemos estado con diferentes productores, que callados enfrentan el problema, la mayoría de ellos dando Ivermectina sin darse cuenta del daño enorme que le pueden hacer a las carnes uruguayas, primer producto de exportación y consumo, y el no menor daño hecho al campo natural uruguayo matando elementos vivos que, a través de las boñigas, son los encargados del reciclaje de fertilidad de nuestros campos. Sin pretender intervenir con el conocimiento de la profesión veterinaria, digo que las planillas de pastoreo llevadas en el campo permitieron detectar zonas cargadas de garrapata y zonas libres, facilitando la limpieza del campo. Hoy podemos decir que la última inspección, gracias a los baños de aspersión de Amitrax, con fecha 4 de junio, revisando 48 animales al azar de un total de 280, encontramos solo una cáscara de garrapata”.
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