Paysandú, Lunes 16 de Febrero de 2009
Rurales | 09 Feb En el sector lechero los industriales y tamberos viven tiempos de gran incertidumbre tanto en lo comercial como en lo productivo. Los lácteos siempre tuvieron una colocación asegurada, pero hoy ya no es así.
Conaprole, la principal empresa láctea del país, planteó al sindicato la crítica situación que atraviesa por falta de colocación de productos --un embarque a Venezuela que estaba por realizarse sigue trancado-- y menor remisión a planta. La empresa extenderá unos 20 días más de lo previsto el parate en dos plantas y quiere que sus trabajadores pasen a Montevideo a puestos que hoy ocupan zafrales.
Aunque la situación para el sector en general es complicada, hay empresas que siguen adelante con sus planes de expansión. El auge que vivió la lechería en 2008 comenzó a desmoronarse a partir de la drástica caída del mercado chino, luego de los episodios de contaminación de leche con melamina. La demanda se retrajo y China dejó de ser el motor que elevaba los precios de la leche en polvo y otros derivados en el mundo.
Luego vino la crisis económica internacional, que le cortó los créditos a los importadores y provocó retracción en la demanda, pero, además, en lo interno, la sequía parece ensañarse con el sector lechero.
Faltó comida en los tambos y no solo cayeron las remisiones, sino que gran parte de las 350.000 vacas que conforman el rodeo lechero uruguayo en ordeñe fueron enviadas a frigoríficos, murieron en los campos o están comprometidas para ser enviadas a los mataderos.
El escenario del mercado se presenta muy complicado. Nadie sabe si va a poder colocar sus productos y todo hace prever que los precios en el mundo seguirán cayendo. Lo que hoy marca los precios en el mercado mundial son las ventas de la neocelandesa Fonterra en el global Dairy Trade.
Este mes, el precio promedio para la leche en polvo fue de U$S 1.851 la tonelada y está 8,2% por debajo del remate anterior (se hizo en enero) pero, llevado a las subastas de julio de 2008, el valor está 58% por debajo. Fonterra lanzó sus remates en Internet en julio de 2008 para acompañar un mercado cada vez más volátil y establecer los precios de referencia. El próximo remate será el 3 de marzo. Ninguna empresa láctea del mundo vende sus productos por encima de estos precios, sino siempre por debajo y eso complica todo.
CRISIS
Los tamberos están “trabajando a pérdida” y eso incluso lo reconoció públicamente el ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, ingeniero agrónomo Ernesto Agazzi.
“No sabemos cuánto tiempo el sector va a poder trabajar a pérdida. El gran dilema de la crisis es saber hasta cuánto va a aguantar la lechería”, aseguró a El País Horacio Leániz, titular de la Cámara Uruguaya de Productores de Leche (CUPL).
Según su visión, hoy los tambos están perdiendo “entre $ 2 y $ 3 por cada litro de leche que producen, habrá menos ganado en producción, porque no hay comida y porque muchos animales se enviaron a faena y eso repercutirá en un menor volumen de productos para exportar”.
Los números de las pérdidas ocasionadas por la sequía no están claros. La CUPL estima, mesuradamente, que se perderá el 25% del rodeo en ordeñe, que serían unas 100.000 vacas. Si en 2008 se remitieron 1.400 millones de litros a la industria, esos vientres que se murieron o se enviaron a frigorífico, dejarán de producir unos 300 millones de litros, que redundarán en 30.000 toneladas de lácteos menos para exportar. Tomando un precio de U$S 2.000 la tonelada, generarían una pérdida de unos US$ 70 millones.
El subsidio que promovió el gobierno para los productores familiares no colmó sus expectativas. “Es ilógico pensar que se pueda resolver la situación de la lechería en 90 días”, aseguró Carlos Torterolo, presidente de la Asociación Nacional de Productores de Leche.
Expansion
Pese a la caída de precios, la sequía y las dificultades para colocar la producción en algunos mercados, hay empresas de la cadena láctea que siguen adelante con planes de expansión.
La empresa New Zealand Farming Systems Uruguay, entró en contacto con las AFAP y los bancos locales para llevar adelante un programa de financiamiento de hasta U$S 100 millones. La firma --que intenta aplicar el modelo de tambo neocelandés en Uruguay--, tiene al banco Santander estructurando el programa de emisión de deuda y ya se iniciaron contactos con el Banco Central.
De acuerdo a la información, “en el mercado se dice que una parte del financiamiento provendrá de un grupo de bancos y que otra parte la buscarán más adelante en el mercado de capitales”. También se informó que “los que conocen el proyecto dicen que sigue siendo viable y que fue pensado no con los precios de fantasía del año pasado sino con valores que se podrán recuperar”. La empresa dijo en un comunicado que espera un incremento de su producción en Uruguay luego de las lluvias caídas en las últimas semanas. “Este nivel de lluvias va a recargar la humedad del suelo para las pasturas y los cultivos forrajeros, los cuales se espera que respondan vigorosamente en los tambos” de la firma, señala su presidente Keith Smith en el comunicado.
Las lluvias también reducirán la cantidad de suplemento que la empresa debe preparar para las 11.500 vacas que tiene.
Otra de las empresas que se expande es la cooperativa Calcar de Carmelo. Según publicó El País el jueves, Calcar “cerró la compra de la planta de la ex Caprolet (Bantol) en Tarariras y así logró ampliar su capacidad de producción”. Se informó que la ex Caprolet, muy volcada a las exportaciones, vio decrecer su actividad y no llegaba a usar un tercio de su capacidad. Asimismo, la estadounidense General Mills sigue adelante con las obras para la construcción de una planta que produzca caseína en San José que se utiliza para alimentos de bajo costo.
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