Locales | 10 Feb El ingeniero agrónomo Daniel Durán del Campo sostuvo a EL TELEGRAFO, que el doctor Francisco Muzzio, director general de los Servicios Ganaderos del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) y el ingeniero agrónomo Dan Piestum, director del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) “no manifiestan una palabra sobre la descomposición de cadáveres que mostré, ratificando en un todo” la denuncia realizada.
El profesional sanducero le responde a Muzzio que “los engranajes de comunicación han fallado”, al referirse al rechazo de dos contenedores de carne que tenían Ivermectina, lo que sucedió a pocos días que Durán elevara una nota (ver cuadro adjunto) al organismo. Agrega, asimismo, que “el ministro de Ganadería, Ernesto Agazzi, en reciente interpelación, manifestó que ahora el MGAP estaba en condiciones de enfrentar los problemas de la sequía u otros referidos al sector, porque tenía en cada departamento funcionando a la Conahsa (Comisión Nacional Honoraria de Salud Animal)”. Entiende que “no es admisible que se le culpe al productor que hizo la denuncia correspondiente en fecha, que la Codesa (Comisión Departamental de Salud Animal) no tiene conocimiento”.
Enfatiza que “los engranajes de comunicación han fallado”, al sostener que “la denuncia ha sido archivada no mostrando ni un solo ensayo o prueba sobre la pérdida de vida del suelo y cobra validez por sí sola cuando, de acuerdo a nuestra observación, el Uruguay pierde miles de dólares por el uso de estos productos”. Reitera que ni el INIA ni Facultad de Agronomía “contestan a mi denuncia. No existe un solo ensayo de producción de trigo, arroz, cebada, carne ovina, vacuna o leche que sean respaldados por un análisis de residuos”. Para el ingeniero Durán, “la orientación neoliberal sirve solo si da ganancia. O sea, si un producto es redituable sirve; si no, se deshecha. No importan los residuos o sustancias nocivas que pueda tener para la salud. No se enseña a las generaciones de agrónomos que lo primordial es producir alimentos sanos, elementos que no afecten el ecosistema”.
Ni ratones, ni cuervos
EL TELEGRAFO recibió en estos últimos días innumerables llamados de productores, a quienes les sucedió lo mismo que en el establecimiento vecino de Durán. “Daba Ivermectina y los animales, a pesar del tiempo de su muerte, no se descomponen”, dijo un pequeño productor de la zona de Autobalsa, preocupado por también entender que esa carne “es la que habitualmente comemos”. Daniel Durán recuerda cuando producía harina ecológica: “la depositaban en un galpón separada de las harinas de otros orígenes. A la semana, el repartidor me llamó al comprobar que era atacada por ratones que destruían las bolsas. Los cuervos hacen los mismo, los animales tienen una sensibilidad diferente y detectan productos que no aparecen en los análisis químicos”. Sostiene que “los tiempos de espera de la Ivermectina no son respetados por algunos profesionales y veterinarios éticos han perdido trabajos por no certificar lo que otros certifican”.
Rechazo
“Esta semana, doctor Muzzio”, expresa el entrevistado dirigiéndose al director general de los Servicios Ganaderos, “le acaban de rechazar dos contenedores de carne de exportación por sanidad. Sospecho que el motivo fue la Ivermectina, por lo que siguen fallando los controles”. Durán dice “no compartir las normas de la Unión Europea, a las que usted cita tan orgullosamente”.
“No olvide que Estados Unidos y la Unión Europea son los principales responsables del calentamiento global, países de máxima contaminación”. Finaliza diciendo: “no bajo la bandera. Defiendo al ciudadano que veranea en Punta del Este y al más humilde que vive en el barrio Borro. Todos son uruguayos, todos tienen derecho a comer sano y el gobierno tiene la obligación de preservar la salud”.