Opinion | 13 Feb La situación financiera de la aerolínea Pluna volvió a estar en cuestión esta semana en el Parlamento. El ministro de Transporte y Obras Públicas, Víctor Rossi, concurrió por novena vez a dar explicaciones en un llamado a sala convocado por el Partido Nacional.
La reunión de la Comisión Permanente empezó a las diez de la mañana y se extendió por más de seis horas, a lo largo de las cuales prácticamente se repitieron los mismos argumentos que los esgrimidos en las instancias anteriores. Lo llamativo es que desde uno y otro “bando” se repitieron las preguntas y las explicaciones y, al final, igual que en las anteriores ocasiones, el llamado culminó sin consecuencias.
Si uno pasa raya y pretende sacar una conclusión se encuentra con un saldo de debates improductivos sin incidencia alguna en el tema puntual. Más allá de la relevancia del tema convocante, la reiteración de los aspectos presentados de uno y otro lado comienzan a restarle validez a la aplicación del llamado a sala en el marco de la democracia representativa.
El Parlamento es arena de “lucha” política pero la “contienda” necesariamente debería resultar funcional a los intereses ciudadanos, para una gestión transparente y de mantenimiento del rol de cada uno de los poderes.
Si cuando se plantea el llamado ya se conocen cuales serán las preguntas y las respuestas y se tiene la certeza de que los resultados serán nulos, ¿dónde está la justificación de aplicar un mecanismo valioso, hasta desgastarlo? ¿Contribuye el accionar a resolver el problema real que se señala?
En contrapartida y más allá de que se tenga coincidencia en que resulta contraproducente realizar nueve llamados al hilo por un mismo tema, no corresponde al ministro de turno cuestionar el hecho. Parte de las obligaciones como secretario de Estado son dar cuenta de sus actuaciones al Parlamento y eso se debe cumplir sin chistar, o ¿acaso su accionar no responde a un proyecto e intereses políticos? Las preguntas son muchas y la escasa atención que capta en la ciudadanía cada llamado deberían ser motivos suficientes para promover el análisis.