Deportes | 15 Feb BARCELONA (Por Diego Saralegui, especial para EL TELEGRAFO). Es bien conocida la crisis mundial que afecta a todos los ámbitos, y el sector automotriz es uno de los más vapuleados. Las grandes marcas automovilísticas están recortando empleos en todo el mundo, y las que intervienen en la Fórmula 1 se ven en la disyuntiva de seguir participando en la mejor y más avanzada categoría del automovilismo deportivo mundial, y a la vez recortar los costos que son enormes.
Ya se dio el caso de Honda que cayó prematuramente ante los primeros indicios de crisis y abandonó la Fórmula 1, quedando ahora a la espera de un comprador para el equipo. Antes fue Super Aguri con serios problemas económicos también relacionados con el coloso nipón.
Se supo hace pocos días que Williams, uno de los equipos más galardonados de la “máxima”, estuvo cerca de abandonar la competición; mientras que Toyota y Renault se lo estuvieron planteando seriamente.
Pero la recesión golpea fuerte al deporte motor ya que Kawasaki en Moto GP y Subaru en el WRC abandonaron sus respectivos programas de competición.
Ante este panorama la FIA junto con la FOTA (asociación de equipos) han tomado medidas para reducir drásticamente los costos ya a partir de 2009, pero pensando en 2010 e incluso a más largo plazo.
Las principales medidas para ahorrar de cara a ésta temporada son un máximo de ocho motores por piloto por año más cuatro motores para entrenamientos por equipo, 20 en total para cada escudería; se rebaja el límite de rpm a 18.000 para evitar roturas, y no se podrán cambiar partes interiores; no habrá entrenamientos después de iniciada la temporada; se prohíbe el túnel de viento con maquetas superiores al 60 %; las fábricas deberán cerrar durante seis semanas al año y se disminuirá la cantidad de personas por equipo en cada Gran Premio.
A partir de 2010 los motores deberán estar disponibles para los equipos “privados” por menos de cinco millones de euros al año, en tanto que el diseño de los motores de 2010 se usará también en 2011 y 2012. También se prohibirán los calentadores de los neumáticos, los repostajes de combustible y serán todos iguales los sistemas de radio y telemetría.
Para 2013 la FIA estudia la posibilidad de usar un motor único para todos los equipos, medida que no ha gustado a muchas marcas.
Tal parece que las medidas se han tomado a tiempo. Ahora resta saber si la crisis mundial no se agudiza y extiende en el tiempo. La ultra profesionalizada Fórmula 1 recibió el mensaje y eligió la frugalidad antes que el despilfarro.