Paysandú, Jueves 19 de Febrero de 2009
Opinion | 15 Feb Finalmente la Intendencia dispuso eliminar del padrón a los vehículos con chapas viejas que no sean regularizados antes del 20 de febrero. De acuerdo a declaraciones formuladas a EL TELEGRAFO por el director de Tránsito de la comuna, Carlos Fábregas, unos 20.000 rodados figuran aún en los padrones municipales en esta situación, lo que evidencia la necesidad de actualizar la base de datos para reflejar fehacientemente la realidad del parque automotor sanducero, puesto que la gran mayoría de éstos hace años fueron desguazados, destruidos o simplemente están fuera de circulación.
El exceso de tolerancia hacia quienes aún circulan con esas matrículas llevó a que en cierta forma se desvirtuara el fin principal del cambio realizado en 2003 bajo la administración de Alvaro Lamas, que era justamente limpiar el padrón para ajustarlo a la realidad, y a la vez facilitar el control de deudores que acumulan cifras siderales en el pago de patente esperando el perdona tutti municipal.
Este cambio ya de por sí estaba muy demorado, por cuanto las chapas anteriores habían estado en vigencia por más de 30 años, durante los cuales se produjeron enormes cambios en el parque automotor. A modo de ejemplo, en 1970 era común ver circulando en nuestras calles cachilas de principios del siglo XX, así como motocicletas de antes de la Segunda Guerra mundial, que para 2003 ya habían desaparecido. Pero las irregularidades en las transacciones entre particulares, fomentadas por la falta de controles municipales y la superposición de documentos que significa el título de propiedad y el registro municipal, generó graves perjuicios a muchos propietarios que se deshicieron de su vehículo sin exigir a los nuevos dueños que regularizaran los trámites.
Esto se debió a que a medida que iban acumulando deudas, cada vez fue mayor la tentación de mantenerse en la irregularidad, y al momento de vender solo registraban los títulos, que en definitiva son los documentos que establecen la propiedad por encima de lo que diga el padrón municipal. Pero para la Intendencia el deudor sigue siendo quien figura en “la libreta” del vehículo, y hasta que no se cancele la deuda así permanecerá, aunque el rodado haya pasado por varios dueños o incluso hasta haya sido destruido.
Por eso es imprescindible terminar de una buena vez con esta transición por demás dilatada, más allá de la injusticia que representa para el buen pagador encontrar circulando aún hoy vehículos con chapas que hace seis años dejaron de tener vigencia.
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