Paysandú, Lunes 23 de Febrero de 2009
Locales | 22 Feb La chacra de la familia Tenca tiene 16 hectáreas, y está en la Colonia 18 de Julio, a unos 12 kilómetros de Salto, hacia el Norte. Su producción es diversificada, como la de la mayoría de los horticultores salteños.
Trabajan “en invernadero y a campo”, según definió a EL TELEGRAFO Italo Tenca Gastón, el “patriarca” de la familia. Junto a él trabajan sus dos hijos varones, Eduardo y Gustavo. Tiene una hija también, pero trabaja como sicóloga en Montevideo.
“En este momento tenemos boniato a campo, zapallito y tomate a campo y en invernadero. Lo demás está en almácigo esperando la plantación”, explica, detallando que “lo demás” es morrón y frutilla. En este caso, además están probando un nuevo sistema de trasplante que puede hacer un poco más rentable cada planta madre, de la cual hoy con el método tradicional salen unas 80 mudas y pueden sacarse algunas más y tal vez más fuertes.
SIN MERMA PRODUCTIVA
POR LA SECA
Tenca tiene 58 años, “y todos los pasé en la chacra”, dijo orgulloso, “y hasta que tenga posibilidad de decidir por mí mismo, ya les dije a mis hijos que voy a seguir acá”.
Los tres varones “trabajamos parejo acá todos los días, no hay sábado ni domingo. El personal se va los sábados a mediodía, pero los sábados y domingos igual se riega, los invernáculos hay que levantarlos y bajarlos, simpre hay uno o dos de nosotros para trabajar aunque sea feriado”.
Amante de la tierra y sus frutos, Tenca recordó que “el problema de la falta de agua empezó por los 90, cuando se empezó a sentir el efecto de la seca más seguido”. Explicó que ahora “no es tan grande el efecto de la sequía para los horticultores medianamente preparados. Algunos tuvieron problemas por pozos que se han bajado, pero no mucho más. Pero siempre hay una parte de la producción que se hace con riego y otra no. La sin riego marchó, pero en general la parte del sector productivo menos afectada por la seca es la nuestra, la horticultura”.
Tenca tiene “unos 16.000 metros bajo techo, y alrededor de tres hectáreas a campo implantados con riego, por eso esa parte no sufrió tanto. La parte a campo sin riego, fracasó”.
Sin embargo, lo que sí “sufrió” fue el bolsillo de los horticultores. “Lo que nos mata es la corriente (eléctrica) porque las bombas de agua consumen y eso nos baja la rentabilidad”.
Es que los productores, como sucede en general, no tienen una tarifa diferencial y lo que es peor, cuanto más consumen, más caro pagan el kilovatio.
RIEGO INDISPENSABLE
“Lo de menor costo es implantar los riegos, un sistema de riego y la bomba no es tan caro como mantenerla después. Y como viene el clima, creo que sin riego ya no se puede hacer más nada”, indicó.
Dijo que desde los 90, “cada dos o tres años tenemos una seca en una parte del país o en otra. Pero la falta de agua se nota mucho, y las lluvias se han dado muy desparejas, y de repente en una zona llueven 100 milímetros y a dos kilómetros no llueve nada”.
Tenca cree que la disminución en el caudal que pueden aportar los pozos se ha ido perdiendo por esa razón, y dice que la cantidad de agua que hay en los pozos es menor que décadas atrás y en esto “hay dos cosas: normalmente antes en cada chacra había un pozo, ahora hay dos o tres. Y en nuestro caso, con nuestra área, en parte de enero y febrero tuvimos la bomba prendida más de veinte días de corrido. Y el que tiene más área, pasa más tiempo prendido y de repente son tres bombas”.
En las chacras se utilizan, para riego, bombas que tienen una capacidad de extracción “de doce mil litros de agua afuera, hasta de 26.000 por hora. Y esa agua que sacamos de más, y lo que está lloviendo de menos, da el problema que estamos teniendo con los pozos”.
La chacra de Tenca Gastón, “yo la conocí con zonas de bañado. Y desde hace 10 años no hay un pedazo que no se pueda trabajar, el bañado desapareció. Me crié acá con los bañados, invierno y verano con agua y eso no existe más. Desde hace años que está lloviendo menos. Pero también está que nos llueve un montón en 15 días. Todo eso nos ha complicado”, reconoce.
UN COSTO ARRIESGADO
Sobre si es rentable costear ese riego, y si se recupera después al vender el producto, dijo que “a veces sí, pero otras veces no”. Se supondría que al valer $ 60 un kilo de tomate ese costo extra estaría cubierto, pero Tenca aseguró que “me crié también viendo las dos cosas, el productor sacrificado y el consumidor sacrificado. Porque no puede ser que a mí me lleguen 20 pesos para cubrir todos los gastos, y el consumidor lo pague $ 60. Hay una diferencia muy grande en el medio, que yo no sé cómo se puede solucionar, pero hay un desfasaje muy grande entre productor y consumidor”. De esta manera, los altos precios que se estarían pagando no necesariamente reflejan el problema de la sequía, sino “la realidad de siempre”. Reconoce sin embargo que en estos meses “la seca influyó porque en Montevideo hubo muy baja producción, desde que ellos sí dependen mucho de la lluvia. Nunca se prepararon para el riego, porque siempre estuvieron más esperanzados en la lluvia y tienen clima más fresco” (que en el Norte).
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