Contralmirante de la Armada

Locales | 19 Feb MONTEVIDEO. (Por Ted dy Alvarez). Una vez cerrado el acuerdo de la Armada con Ancap para construir dos barcazas y un remolcador, EL TELEGRAFO conversó con el contralmirante Alberto Caramés, quien confía en la reactivación del trabajo en el dique del arma que integra. Precisó que “en los últimos tres años se ha construido por la actividad privada dos embarcaciones para el transporte de celulosa” y otras dos “por parte nuestra, para la misma finalidad” y ahora en el dique de la Armada “se está haciendo un balizador y también un pontón para trabajo subacuático”.
“Si a esto agregamos estas tres embarcaciones que se van a realizar para Ancap, vamos a tener 9 embarcaciones navegando construidas en el país en los últimos tres años”, resumió. De ese número, 7 corresponden al Dique de la Armada, lo que “nos ha permitido tener una facturación además de las reparaciones también por la construcción”, lo que ha ido generando “un ingreso que con su rentabilidad ha permitido aplicar ese capital para el desarrollo de una infraestructura para el astillero”.
En el dique se trabaja en la reparación de embarcaciones de distinto tipo, pero también funciona un astillero, que es donde se construyen las plataformas flotantes.
“Estamos pensando que en el futuro haya mucha más actividad en las construcciones –cuando los astilleros prácticamente habían desaparecido del Uruguay- y seguimos con las reparaciones. Creemos que especialmente en lo que hace a la construcción vamos a tener mucho más tarea, en particular a partir de mediados de 2010, cuando se retomen algunas construcciones dentro del marco de la Cuenca del Plata, que estaban congeladas”, enfatizó.
Caramés explicó que son embarcaciones para navegar en la Hidrovía Paraná-Paraguay y también el Río de la Plata, que demandarán los países que vayan a utilizar esos cursos, junto con el Uruguay.
Confirmó que en el área de construcciones navales, para ejecutar ese proyecto con Ancap, “se dará ocupación directa a un centenar de personas, lo que supone unos 300 a 500 empleos indirectos”, consignando que “se trata de obreros civiles especializados en las distintas áreas”, como por ejemplo “cortadores, caldereros, carpinteros, ayudantes de ingenieros”.
“Esto es histórico para el país por el monto del proyecto”, concluyó.