Locales | 22 Feb El Poder Ejecutivo está analizando la redacción de un decreto complementario sobre el azúcar con el fin de darle mayor transparencia al sector, que está protegido por la vía arancelaria en cuanto al azúcar refinado y a efectos de evitar distorsiones como las que se estaban registrando antes de la vigencia del primer decreto, aprobado a mediados del año anterior. Igualmente, en el Poder Ejecutivo se considera que todavía hay elementos que deben regularse en forma complementaria, con vistas sobre todo a controlar la producción industrial. El director nacional de Industrias, Roberto Kreimermann, sostuvo que “la idea es que haya declaración de stocks y de las compras y ventas de azúcar que realicen tanto importadores como industriales”, con la expectativa de mejorar “el sistema de control para que no haya traspaso de azúcar industrial al azúcar al consumo”.
De acuerdo con lo manifestado por el jerarca, el decreto anterior apuntaba a que hubiera registro de los importadores de azúcar, así como reglamentar la forma de envasado y del depósito de la mercadería, con la intención de que “no se produzcan desvíos de stock que resulten incompatibles con la producción de azúcar nacional a partir de materia prima producida en el país o de refinación de crudo importado”.
En nuestro país se importan los dos tipos, pero mientras la destinada al consumo debe pagar una tasa arancelaria del 35 por ciento, la que ingresa para la industria no paga arancel.
Kreimermann indicó que “se ha comprobado que hubo muchos casos de trasvase de azúcar industrial que se destina al consumo”, en el marco de una maniobra que conlleva importar azúcar refinado sin arancel para la industria, que tiene mayor contenido de impurezas, y que se envasaba con destino al consumo, en desmedro de las industrias como Azucarlito y Calnu (ahora ALUR). También existe la posibilidad de importar azúcar cristal --de menor calidad y precio-- para el consumo, abonando el 35 por ciento de arancel, y sustituirla por azúcar refinado industrial, con cero arancel, por lo que en estos casos se haría un intercambio dentro de la empresa y se abarataría el costo de importación para el azúcar destinado al consumo. Por lo tanto el nuevo decreto permitiría poner coto a las maniobras, ya que según Kreimermann se lograría “mayor control a la operativa que no solo involucra a la importación, sino también a la producción industrial”.