Paysandú, Domingo 01 de Marzo de 2009

Mucha plata para dilapidar

Opinion | 25 Feb A raíz del último reajuste a la baja en los precios de los combustibles, el presidente de Ancap, Raúl Sendic, aclaró que los gastos ocasionados por el seguro a los combustibles contratado por el ente serian absorbidos por la empresa, por lo que no son tenidos en cuenta para determinar los valores de venta.
Sin embargo cuesta creer que efectivamente sea así, cuando el ente monopólico no da pérdidas --a lo sumo “deja de ganar”--, y actualmente el precio del gasoil, principal producto de venta de Ancap, sigue siendo muy superior al de 2005, cuando el barril de petróleo cotizaba a valores similares a los actuales o incluso algo más caro. Por aquel entonces el litro de combustible diesel estaba a $17,20 en el surtidor, cuando hoy, aún luego de cinco rebajas consecutivas, se encuentra a $23,90, o sea un 30% más caro.
Como la producción de gasoil nacional asciende a 766 millones de litros al año, esta diferencia representa unos U$S213 millones de dólares a favor de la compañía, más que suficientes para cubrir todos los despilfarros económicos que se le puedan ocurrir.
Entonces, ¿adónde va todo este superávit? Por lo pronto, Alur y las fábricas de portland dan millonarias pérdidas. La primera ya va costando más de 70 millones de dólares y según cálculos independientes y optimistas, nunca será rentable. Las cementeras, pierden más de U$S8 millones al año y se “invertirá” más de U$S200 millones para “optimizarlas”.
Además, vale recordar que por el seguro de los combustibles en cuestión ya se gastó entre 30 y 50 millones de dólares, lo que sumado explica parte del entuerto. Si consideramos tan solo las pérdidas producidas por los “negocios” del seguro y Alur, ya alcanzamos la friolera de entre 100 y 120 millones de dólares esfumados, que podrían haberse volcado por un año a reducir el precio del “gasoil productivo” en este “país productivo”, y hubiera beneficiado a todos los usuarios de vehículos gasoleros con un combustible $3,5 más barato. O sea que el valor de venta al público rondaría hoy los $20,5 el litro.
Sin embargo, si lo que se pretende es fomentar el uso de naftas, la diferencia sería mucho mayor, puesto que el resultado de distribuir esos 100 millones de dólares entre los 275 millones de litros de nafta que produce anualmente Ancap es $8,7, por lo que la nafta Súper podría estar a $15,2 por litro en el surtidor.
Estos son solo números gruesos, pero sirven para explicar de qué forma las decisiones del ente monopólico, propiedad de “todos los uruguayos”, termina perjudicando a todo un país.


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