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Paysandú, Domingo 01 de Marzo de 2009

Desde la chacra a la mesa, trabajan y ganan hasta cuatro intermediarios

Locales | 25 Feb No es fácil que los empresarios o comerciantes cuenten detalles de su negocio. Menos aun, de cuánto ganan. Pero dos empresarios mayoristas en frutas y verduras de Paysandú y un minorista accedieron a brindar -sin identificarse públicamente- algunos datos y explicar porqué un producto vegetal que sale $ 20 pesos en la chacra, se vende después pasando por tres o cuatro “manos” a $ 40 ó $ 50 al consumidor.
“Es un tema difícil, y hay que tener cuidado de no lastimar al productor ni al que está en el medio, pero es lindo de tocar porque muchas veces se desconoce la realidad”, dijo uno de los mayoristas consultados. Aclaró que “no es un negocio tan maravilloso para que haya tanta diferencia entre lo que recibe el productor y lo que paga el consumidor”.
Nuestra fuente puso como ejemplo que “al productor le levantan, por ejemplo, una ‘plancha’ de 10 kilos de tomate a $ 250. Eso le paga el intermediario cuando le compra el tomate en la chacra. Después el intermediario la manda a Montevideo, o la vende en Paysandú o en Río Negro. Y él es el responsable de esa mercadería. De los 10 kilos que levantó, posiblemente venderá siete u ocho, porque nunca se vende el 100%, así sí sería buen negocio”. Aclaró que “no en todos los renglones hay pérdidas, pero la que hay debe repartirse entre todo los que se vende”.
LOS COSTOS QUE NO SE VEN
Dijo que algunos de los productos más delicados son el morrón y la banana, “que a veces está buena pero como tiene la cáscara negra porque agarró aire o frío, ya la gente no la quiere; aunque adentro la banana está bien, prefieren la amarilla. Y de repente se pone una caja de banana para ganar $ 5 por kilo, en 20 kilos con suerte $ 100. Pero uno ya tiró una caja, así que tiene que vender tres cajas más para desquitar la que se tiró”.
Por esta razón explicó que no se pueden considerar solo algunos productos, sino “todos los rubros que vendemos”.
Con respecto a la mercadería que su empresa mayorista trae del Mercado Modelo, explicó que “se la compro al puestero, se le paga $ 3 por bulto al changador autorizado a sacar la mercadería afuera. Hay que pagar $ 180 a la ronda para estacionar el camión, para que lo cuiden y no roben. Se carga la mercadería, y tiene un costo de $ 25 por bulto para traerlo a Paysandú. Después está el depósito, donde hay que tener personal para decargar y acomodar, más los vendedores que anden en la calle. Y todo eso en regla, en planilla, pagando caja. Y todo sale de ese cajoncito”.
“Si la cosa sale bien, no se tira nada, pero con estos calores se tira mucha mercadería. Hay que tener mucho cuidado al comprar”, explicó.
NUEVE MESES
PRODUCTOS SALTEÑOS
En cuanto al origen de la mercadería, “hoy por hoy la zafra en Salto está terminando, y ahora por un mes no hay mercadería, hasta que empieza a haber abundante tomate y morrón”. De los doce meses del año, promedialmente un mayorista sanducero en verduras compra durante nueve meses en Salto, y lo que trae del Sur es banana, manzana, durazno, papa -como ahora, que viene importada--. Pero a la vez, cuando compran en Salto, también lo hacen en centros de distribución, acopiadores que “tienen todo en el mismo local, y levantamos allí lo que necesitamos”. Uno de los consultados dijo que centralizó las compras de productos salteños “en un mercado muy chico pero que nos está dando muy buen resultado” en cuanto a precios y calidad del producto. Los mayoristas sanduceros recurren a su vez a los acopiadores porque “se pierden muchas horas de trabajo recorriendo chacras, en la comunicación con las personas. Además, depende de la mercadería que cada uno necesita, puede ser buena, medianamente buena o no tanto y a veces hay que esperar que la arranque. Entonces uno llama el día antes al acopiador, y se pide lo que uno necesita, él la junta en las chacras, la trae y lógicamente le va a ganar 20 ó 30 pesos a cada cajón”.
HASTA CUATRO MANOS
La mercadería comprada en Salto pasa por dos, tres o hasta cuatro manos: el acopiador, el mayorista sanducero y a veces hasta un revendedor que cubre lugares al que el mayorista no llega. Y cada uno de ellos tiene sus costos de transporte, de pérdida y se suma la lógica ganancia. Luego, claro, está el minorista, el almacenero o verdulero que expone su mercadería en el comercio del barrio o en el supermercado. Que también tienen su ganancia.
La oferta sanducera de frutas y verduras, tanto de origen montevideano como salteño, la realizan hoy unas 16 empresas. La cercanía de la fuente de producción, a solo 120 kilómetros, entusiasma a varios para ir a buscar y vender aquí. La variedad en las categorías que se necesitan para cubrir la demanda sanducera determina que casi todos compren en acopiadores.
Además, “sale más barato comprar mercadería buena que regular. Porque uno la trae, el bolichero la tiene cuatro o cinco días y puede venderla bien y ganar. Pero trayendo una mercadería barata, termina echándose a perder en las góndolas y hay que terminar tirándola”.
Otro de los problemas que existen y que agrega un costo extra es el caso del crédito. Si bien la mayoría vende al contado, hay casos en que se financia una parte de la compra. Sin embargo, la realidad laboral hace que mucha gente que pasa al seguro por desempleo o que trabaja en zafras, tiene una platita y pone un pequeño comercio para ganar algunos pesos y de paso abaratar los costos de alimentación. Lo hace de buena fe, pensando que va a vender bien. Pero a veces no es así, se va endeudando y no puede pagar. Por eso “hay que traer mercad
ería buena para que el comerciante se defienda, haga su ganancia y pueda pagar lo que compró”.


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