Opinion | 06 Mar La reactivación del astillero local, a través de la asociación de las empresas sanduceras Indre S.A. y Oltyr con la montevideana Timón SRL, se inscribe en la respuesta en infraestructura de apoyo y servicios inherentes a las actividades productivas, ante la necesidad de contar con un medio de transporte adecuado para cargas de grandes volúmenes y bajo valor relativo.
Ocurre que tras largos años de inactividad esta tarea fue encarada en forma incipiente por la primera de las empresas mencionadas para reparación y mantenimiento de sus propios buques, para luego surgir como alternativa una asociación que permitirá mejorar tecnología, recursos materiales y humanos, así como conocimiento, en una tarea que requiere especialización e instalaciones adecuadas.
Hasta ahora, las actividades en el ex Astillero del Litoral han comprendido tareas de mantenimiento y reparaciones a dos barcos de Ancap y un remolcador de Transportes Fluviales Fray Bentos, pero indudablemente estamos solos ante el principio de una reactivación que implica no solo fuentes de trabajo directas, sino también una escuela de capacitación en el ámbito industrial y el requerimiento adicional de infraestructura de apoyo.
Es claro que el transporte fluvial es aún casi inexistente, pero las inversiones en el puerto de Paysandú, así como la instalación de una planta de celulosa en Conchillas, para la que se necesitará el abastecimiento de las plantaciones de Ence en la zona de Paysandú, conllevan la perspectiva de un desarrollo explosivo del transporte de troncos en barcazas para abastecer de materia prima al establecimiento, a lo que se espera agregar el movimiento de contenedores en el marco de una complementariedad entre los puertos de Paysandú y Concepción del Uruguay.
Para esta actividad es fundamental contar con barcazas, y este es el aspecto clave a efectos de dar otra perspectiva al astillero local, si es que precisamente se puede llevar adelante un trabajo coordinado con instalaciones similares en el Río de la Plata que actualmente se encuentran casi desbordadas en su capacidad de respuesta a los pedidos de unidades que les han formulado.
Ocurre que está de por medio el centralismo, mal endémico de nuestro país, y es así que hasta ahora no se ha tenido en cuenta al astillero sanducero como posible alternativa en la construcción de partes de buques de determinado porte, de forma de distribuir trabajo y restar carga a la tarea en los astilleros de mayor envergadura.
En este contexto es compartible la inquietud de la delegación de empresarios de las mencionadas empresas que junto al legislador oficialista Juan Domínguez hizo gestiones en Montevideo ante autoridades de la Dirección General de Material Naval y otras jerarquías de la Armada Nacional, a efectos de ponerlas al tanto de las posibilidades de trabajo del astillero sanducero, apuntando a insertarse, dentro de sus posibilidades, en el esquema de la industria naval nacional.
En primera instancia podrían encararse reparaciones y mantenimiento de embarcaciones, con las miras puestas en que en un futuro puedan construirse barcazas para operar en los puertos del río Uruguay, teniendo en cuenta sobre todo las necesidades de Ence de unas diez unidades para el transporte de madera hacia la planta de celulosa a construirse en el departamento de Colonia.
En principio, las gestiones tendrán como primera consecuencia la próxima visita a Paysandú del contralmirante Alberto Caramés, director general de Material Naval, quien se interiorizará de las características y posibilidades del astillero, en el marco de una recorrida por el Litoral que también lo llevará a Fray Bentos.
Incluso la propuesta de la delegación sanducera comprende participar en la construcción de dos barcazas y un remolcador que construirá el dique nacional para Ancap, entre otras alternativas que permitirían derivar hacia esta zona la construcción de elementos para embarcaciones que esperamos sea en poco tiempo algo habitual y no un acontecimiento en el río Uruguay.
Habrá que luchar contra visiones centralistas que están hondamente arraigadas, además de inconvenientes inherentes a la coordinación, pero la demanda insatisfecha y el tiempo son factores a favor en esta iniciativa, y esperamos que por el bien de Paysandú, de la región y del país, se generen hechos que permitan potenciar y hacer sustentable este principio de reactivación de la industria naval.