Locales | 03 Mar Clasificadores de la zona Sur de la ciudad, provenientes de los barrios La Chapita, Tatuses y Nueva York, además de los 34 que están autorizados a desempeñarse como tales en el relleno sanitario municipal, integran un grupo asociativo que ha comenzado a organizarse para mejorar sus condiciones de trabajo y establecer circuitos limpios.
Al respecto, la psicóloga social Claudia Alvez y la educadora Julia Souza, de la ONG “Educación Solidaria”, contratadas por el Mides para liderar este proceso, dijeron a EL TELEGRAFO que en nuestra ciudad el programa Uruguay Clasifica “no arranca de cero”, sino que ya hay “camino hecho por personal del Mides y la Intendencia” que comenzaron a preocuparse por este tema tiempo atrás y el año pasado realizaron un relevamiento primario de clasificadores.
Ahora la meta es “organizarse como grupo” para mejorar la calidad de la tarea, la calidad de vida y trabajar en forma asociativa con miras a encarar, a futuro, la posibilidad de comercialización conjunta.
A fines de enero, clasificadores de Paysandú participaron en una de las primeras instancias de taller planificadas por Uruguay Clasifica para este año, en la que pudieron conocer de primera mano la experiencia de clasificadores organizados de Montevideo y Canelones. Allí, los fondos para el desarrollo del programa no provienen del Focem como en el Litoral, sino de los acuerdos establecidos con el sector industrial en el marco de la Ley de Envases, que está siendo reglamentada y aplicada gradualmente en algunos departamentos. Días atrás fue realizada en el Paysandú Wanderers una reunión en la que participaron técnicos, clasificadores y el intendente Julio Pintos, además de otras jerarquías de la Intendencia y técnicos del Mides y la ONG responsable de las actividades del programa en Paysandú. De acuerdo a lo expresado por el coordinador territorial del Mides, profesor Carlos Damico, “no es sencillo y seguramente llevará un tiempo organizar a los clasificadores pero lo importante es que el trabajo ha comenzado”.
En Paysandú, de acuerdo a los datos de un censo realizado el año pasado, unas 130 personas se dedican a esta actividad. Según el asistente técnico de Uruguay Clasifica para la región Litoral Oeste, Marcelo Rodríguez, la problemática fundamental a la que se enfrentan los grupos asociativos de clasificadores es la distribución de la ganancia. “Nuestro planteo es que, a través del trabajo conjunto, se pueden obtener mayores y mejores resultados, lo que no implica que la retribución tenga que ser distribuida de manera equitativa. Para eso apostamos a la asociación, solidaridad y trabajo conjunto, a través de la mejora de las condiciones laborales y de la materia prima reciclada”, señaló.
Otro punto en el que se pretende avanzar en Paysandú es en el establecimiento de “circuitos limpios” a partir de la clasificación domiciliaria de los residuos y, por otra parte a la eliminación de los basureros que cada clasificador genera en su domicilio al hacer la selección de lo que le sirve.
El traslado de los residuos a sus domicilios (recolectados tanto en la vía pública como en los vertederos) expone a las familias clasificadoras y su zona de influencia a riesgos sanitarios de gran relevancia. Principalmente, por la falta de higiene (desarrollo de basureros domiciliarios, convivencia con excrementos de animales, proliferación de moscas, aparición de malos olores, etcétera), la presencia de animales capaces de transmitir enfermedades (ratas, cerdos, etcétera), la exposición a contaminantes persistentes (plomo, cromo, agro-tóxicos, etcétera), y la existencia de residuos asimilables a los hospitalarios contaminados (impregnados de sangre y elementos cortantes y punzantes).
En el nivel ambiental, la contaminación de cursos de aguas, de suelo y aire por exposición, quema y vertido de residuos urbanos, configuran un alto impacto sobre toda la comunidad, siendo, usualmente, los propios clasificadores los más afectados en su salud y en su calidad de vida.