Policiales | 04 Mar Aparentemente ya estaría esclarecido el crimen de Gustavo Lanzavecchia, el decorador y florista con estrecha vinculación a nuestra ciudad, más conocido como Gustavo Damián, quien fuera asesinado el pasado viernes en su casa de Lomas del Mirador en Buenos Aires.
Según las investigaciones, uno de los asesinos era amigo íntimo de Gustavo Damián, quien quedó detenido junto a un joven de 19 años. Mientras tanto, hay una tercera persona, de 22 años, que es buscada intensamente por la policía bonaerense, publica la prensa de la vecina orilla.
El supuesto amigo de Lanzavecchia, llamado Roberto, de 27 años, había arreglado para el viernes pasado una reunión con amigos en la casa del colaborador de la diva de los teléfonos. Roberto llegó a la casa de Lanzavecchia con los otros dos jóvenes alrededor de las 15. Al parecer, era una reunión como cualquier otra, tomaron gaseosas y escucharon música. Según las investigaciones, Gustavo Damián conocía a Roberto desde hacía bastante tiempo, y habrían tenido una relación sentimental, aunque no eran pareja en la actualidad.
Tampoco era la primera vez que Roberto iba a la casa del decorador, pero Fredi, de 19 años, y el joven prófugo, lo conocieron esa misma tarde.
Según los investigadores, los asesinos habían ido a la casa del decorador pensando que iban a encontrar una importante suma de dinero, pero al no encontrar nada golpearon fuertemente a la víctima. Justo en ese momento llegó su amigo, el teniente primero Alejandro Álvarez Auer, quien no llevaba su arma reglamentaria. Al parecer, Lanzavecchia advirtió a los jóvenes que era un policía y eso hizo que lo apuñalaran.
A Lanzavecchia lo tiraron atado de pies y manos a la pileta, luego de golpearlo y sacarle la clave de la caja fuerte, determinándose que murió ahogado y no por una puñalada, como inicialmente se había comentado.
Los tres asesinos huyeron en el automóvil Volkswagen Bora de la víctima con tres televisores, un microondas, un DVD, una cámara de fotos, un Play Station, 1.800 pesos, tres bolsas con ropa, champagne, una peluca y todo lo que había en la heladera.
Según los investigadores, los delincuentes creyeron que habían matado a los dos, pero el policía se encontraba con vida y pudo llamar al 911. Cuando la policía llegó, Lanzavecchia flotaba maniatado en la pileta, que no estaba totalmente llena. Luego, los autores del crimen quemaron y abandonaron el auto.
Tras la detención de Roberto y del joven de 19 años el crimen ya estaría aclarado. El menor de ellos confesó que participó en el homicidio y dijo: “Quisimos robar, no matarlo”.