Opiniones

Locales | 08 Mar Ésta concierne al editorial de EL TELEGRAFO del 10 de febrero de este año titulado “Si la plata no importa también podríamos cultivar café”.
Allí el editorialista critica los gastos que el actual gobierno, ayudado en cierta medida por el presidente de Venezuela, hace en Alur en Bella Unión, algo que le parece que nunca será económico, que no dará réditos como para cubrir la inversión. Por más que fuera de producir azúcar y con el sobrante, alcohol para mezclar en las naftas, porque nunca va a competir con las zonas de clima tropical en Brasil, por ejemplo, como la caña de azúcar, por eso el señor editorialista ridiculiza el emprendimiento Ancap - Alur: “Si la plata no importa también podríamos plantar café”.
Recordamos que en los años 1940-1950 gobiernos batllistas iniciaron la industrialización en Uruguay. Entre otras, la fabricación de azúcar de caña en Bella Unión y de remolacha azucarera en Paysandú y Canelones, aquí fomentada y bancada por Carlos “Bocha” Fraschini, una persona que conocí y aprecio muchísimo, y fue plantador de remolacha muchísimos años.
Este cultivo, igual que el de caña de azúcar allá, dio trabajo y sostén a miles de personas. Tuvo sus problemas por el clima inestable de zona subtropical en la que se encuentra el Uruguay, tanto para la caña como para la remolacha. Y me acuerdo cuando el famoso Jorge Batlle, fundidor del partido batllista, dijo que no convenía más producir azúcar acá, que saldría más barato a la población... Y eso justo cuando en la Facultad de Agronomía acá Azucarlito estaba estudiando con especialistas del sur de España --donde tienen un problema climático parecido-- técnicas para contrarestar esos inconvenientes. No se esperó el resultado de esos estudios. Otros intereses (?) predominaron y de parte de estos gobiernos de la pos dictadura trabajando con el Fondo Monetario se inició la “desindustrialización” que dejó planchada a una grandísima parte de la población, y una aglomeración muy grande de marginados, que en parte perdura y es uno de los orígenes de la tan comentada inseguridad actual junto con la droga y otras plagas.
Y en Bella Unión... ni qué hablar. Ahí miles de trabajadores quedaron progresivamente sin ingresos, marginados, hasta que en este gobierno, con una ayuda financiera de Chávez, que se devolvería con alcohol, se restauró la fábrica, se hizo cargo Ancap-Alur. En los dos primeros años no tuvieron demasiada suerte, primero por las heladas y ahora en principio la seca, que ahora se remedió --la agricultura acá es así-- y la marginación se resolvió.
Y concibo que por más que sería más barato importar --probablemente con préstamos del Fondo Monetario como insinúa Lacalle-- primero está la solución social. La economía sirve por lo social, y no al revés. Esto nos enseña el Humanismo y que los costos normalmente los pagan los que se beneficiaron de la economía.
Así parece que hay unos 2.500 millones de dólares de ciertos uruguayos colocados fuera del país en vez de invertirlos acá (en su patria), ¿de dónde los sacaron?
No sé si eso hará reflexionar al señor editorialista, a quien saludo con respeto.
Ludovico Van den Dorpel