Carolina Cabrera, empresaria

Locales | 08 Mar Carolina Cabrera, en representación de la empresa que opera el servicio privado de barométrica en Paysandú desde hace aproximadamente dos años, indicó a EL TELEGRAFO que actualmente la demanda se ha reducido a la mitad.
“Al principio teníamos unos 8 o 9 viajes por día, lo que representaba unos 250 viajes mensuales. Fue necesario invertir en dos barométricas y ambas trabajaban a full. No dábamos abasto. Ahora el trabajo se ha reducido a la mitad y estamos trabajando con una sola barométrica de 8.000 litros. La otra la vendimos”, explicó. Consultada sobre la incursión en este rubro, dijo que como proveedores de la Intendencia de muchos años la empresa que dirige junto a su padre y su hermano vio el llamado a prestación de este servicio como “una oportunidad”.
La operación del servicio privado en Paysandú fue también una carta de presentación para llegar a Salto, donde la empresa trabajó durante unos dos meses cuando la Intendencia de dicho departamento requirió apoyo por atrasos. Asimismo, durante el pico de la sequía trasladaron agua para regar predios rurales sanduceros.
No obstante, las expectativas de trabajar con la barométrica en localidades del interior departamental no se cumplieron, puesto que “nunca salieron viajes para Guichón, como en algún momento se manejó”.
“Lo más lejos que vamos habitualmente es a Casa Blanca, donde tenemos cuatro o cinco clientes, que tampoco son mensuales”, dijo.
Al preguntarle si la prestación del servicio aún continúa siendo un negocio rentable, dijo que “no es algo súper rentable”, pero por el momento cubre los costos de funcionamiento. “Es un servicio que hemos incorporado a la empresa pero que se sostiene porque está incorporado a la prestación de otros servicios. No creo que nadie vaya a vivir de tener una barométrica”.