Paysandú, Viernes 13 de Marzo de 2009
Opinion | 08 Mar Resulta incuestionable que uno de los problemas habituales de nuestra campaña es el abigeato, delito al que las autoridades no han podido dar una solución eficaz, por lo que se ha transformado en un problema estructural y ya no es coyuntural.
El año pasado la Asociación Rural presentó una fuerte denuncia a la Suprema Corte de Justicia reclamando una solución y algunas sociedades rurales departamentales apoyaron el reclamo afirmando que se trata de un delito que está totalmente fuera de control. Por aquel entonces, el Ministerio del Interior respondió que alguna de las ideas que manejaba para combatir este histórico mal era el resugimiento de la policía rural montada y la creación de una comisión de seguridad rural. Sin embargo, hasta la fecha la situación se mantiene incambiada.
Mal que les pese, los productores rurales están ya casi acostumbrados a enfrentar la delincuencia que ataca su propiedad, diezma su ganado y alimenta redes ilegales de comercialización de carne. Sin embargo, la frutilla de la torta la hemos tenido estos días en Paysandú cuando la ola de abigeatos ha comprometido seriamente investigaciones científicas que se desarrollaban en la Estación Experimental “Mario A. Cassinoni”, dependiente de la Universidad de la República.
Dicho centro de investigación es objeto desde hace varios meses de una verdadera ola de abigeatos y la Seccional policial correspondiente, por sus escasos recursos, poco puede hacer para contener el accionar de los delincuentes que en poco tiempo hurtaron y faenaron decenas de lanares de elevado valor científico. Se trataba de animales no aptos para el consumo humano que llevan consigo valiosísima información genética, fruto de meses de estudio y trabajo, parte de los cuales fue encontrada en un freezer.
A la indefensión que padecen numerosos compatriotas que viven desperdigados en diferentes rincones de nuestra campaña se agregan ahora hechos como éste que tan poco bien le hacen al mentado “Uruguay Productivo” y al desarrollo del conocimiento científico como camino para el ingreso de divisas y mejora de la productividad y la calidad de vida de los uruguayos.
El cuatrerismo ha dado lugar a la existencia de pequeñas, medianas y grandes organizaciones dedicadas al hurto sistemático de ganado y la ine- ficacia de la Policía para combatirlas ha quedado demostrada una y otra vez. En este sentido, es igual de lamentable que un productor pierda 500 ovejas como que otro pierda dos o tres, porque si uno pierde dinero el otro quizá pierda el sustento o, como en el caso al que hacemos referencia, meses o años de trabajo de investigación y aplicación de conocimientos para producir otros nuevos. Sencillamente, lamentable.
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