Rurales | 12 Mar Las precipitaciones registradas en la víspera fueron generales en prácticamente todo el departamento, aunque no fueron muy abundantes y alcanzaron hasta las 18, como màximo los 28 milímetros.
De acuerdo con los datos proporcionados por diferentes productores a EL TELEGRAFO, en Guichón llovió 5 mm, no muy lejano a esa zona, en Piñera fueron 15 y en la Colonia José Batlle y Ordoñez llovió 18 milímetros y según explicó José Ramos, “tuvimos algo de viento”. En la zona de Paso del Parque en el establecimiento de Jorge Hiriart, al igual que en nuestra ciudad llovió 24; en el establecimiento “Piedra Mora” en Guarapirú 10, al igual que en Arroyo Malo. En Guaviyú se registraron 28 milímetros, viéndose favorecidos con precipitaciones interesantes y necesarias para la zona.
Cambios
El cambio climático ha modificado la conducta de los productores agropecuarios que hoy se inclinan por implantar verdeos y dejan de lado las praderas, invirtiendo una relación que llevó años en el país.
Hasta el momento, el volumen vendido para la avena en todas sus variedades, tanto las locales como las importadas, es muy notorio porque la gente tiene como prioridad la comida para sus rodeos, explicaron a Observa los operadores del sector.
Hoy ni piensan en implantar praderas, simplemente hace el procedimiento inverso y hoy hay un 20% de praderas convencionales y un 80% de verdeos anuales”, explicó.
Las semillas de avena están en su precio máximo histórico. No obstante, dado que éste fue un buen año para la acumulación de nitrógeno en el suelo, se están implantando casi sin uso de fertilizantes, lo que baja los costos. Un cultivo de avena con siembra directa y un solo control de herbicida ronda los U$S 130, dependiendo de densidades de siembra y si se agrega un contratista o se tiene equipo propio. Implantar una pradera, en cambio, ronda los U$S 250 a U$S 290.