Locales | 09 Mar “Aún no logré hacerlo, pero los proyectos ya están casi prontos para presentarlos a la Dinara y empezar la explotación. Ahora tenemos que coordinar con la ingeniera en alimentos, instituciones gubernamentales, el Ministerio de Desarrollo Social y algunas personas que tienen conocimiento práctico del tema, para comenzar con la cría extensiva”.
Pablo Bertó se explayó sobre el asunto, que evidentemente viene siendo considerado como una posibilidad real. “Estamos en una zona muy rica de agua, hay muchas represas, mucha agua disponible para hacerlo. Y, además, en esa agua ya hay peces. Yo particularmente he ido a pescar a algunas represas y hay cantidad de pescado que se puede comercializar”. “Primero vamos a sacar lo que ya hay, para lo que hay que tener el permiso de la Dinara. Con los recursos de lo que se saque, da para invertir. Se ponen alevines y se hace una cría extensiva”.
Esfuerzo interinstitucional
Consultado sobre por qué extensiva y no intensiva, lo que aumentaría la producción, dijo que “será una cría que no demande mucha atención, como la que se hizo hasta ahora, que se crió solo. Mientras tanto, se va calificando gente con el Ministerio de Desarrollo y acá en Salto la Universidad Católica ya está fomentando algo, porque tiene interés en eso y en Salto hay cría de tilapia. Después, hacer un pool de empresarios y, con la gente preparada ahí sí, hacer la cría intensiva, porque hoy acá no hay personal técnico”. Sin embargo, se mostró optimista en que “podemos buscarlos y traerlos. Pero hay que moverse juntos: si mucha gente se da la mano, se puede”.
Además, cree que cuando los productores vean que a su vecino que hizo la cría de peces le fue bien, “mucha más gente lo va a hacer”. Y ese trabajo de siembra y cosecha de pescado para comercializar puede hacerse en todos los campos del norte, “porque funcionarían muy bien para eso”, como Paysandú, Salto, Artigas o Tacuarembó.
“La Universidad Católica está en contacto con la de Maringá, en el departamento de Paraná, en Brasil. En esa zona hay muchísima siembra y tiene su propio frigorífico, que procesa filetes de tilapia. Hay un flujo totalmente armado para producir y creo que acá se puede hacer igual”.
Preparar a los trabajadores
Entre las cosas que hay que hacer para una cría intensiva está formar personal “para hacer la ración y, en principio, preparar al mismo personal que puede haber en las estancias, que puede ser la mujer o los hijos del capataz, por ejemplo. Porque no tiene secretos y es relativamente fácil; pero hay que prepararse”. “Se puede traer a Salto con una gestión del gobierno, de los privados o la Universidad, o por nosotros. Gente con experiencia, que pueda explicar lo que queremos hacer y después traer técnicos para que enseñen sobre la cría”.
En cuanto a la cosecha de toda esa producción, “no hay secretos tampoco. En Brasil se hacen tajamares chicos y para la cosecha se rompe el tajamar, se seca y se sacan los pescados. Después se arregla, se llena de agua y se siembra de vuelta. Pero también se puede hacer pescando con red”, explicó. “Para eso, solamente es necesario un camión con cajas y hielo. Se saca, se acomoda con hielo y se lo trae al frigorífico”. Destacó que es un negocio rentable, desde que “dos tercios de la producción mundial de pescado se hace por siembra y eso quiere decir que se puede”.
Para evitar problemas con especies nuevas, Pablo Bertó entiende que “con los peces que hay, como boga, tararira, sábalo o carpas”, se puede trabajar bien tanto en el pescado entero como para filetes. En cuanto a la tilapia, dijo que “hay comercio para esta especie, pero hay que abaratar los costos. Porque hoy por hoy no hay alevines, ni ración, ni muchos técnicos. Hay que perfeccionar la gente, pero es solucionable, y también se puede implementar el mercado interno, porque los filetes de tilapia son muy ricos”.
Sin embargo, hay falta de costumbre en la población para comer pescado de río. Bertó puso como ejemplo que “acá viene dos veces por semana un camión con pescado de mar, pero el de río no se consume”.