Locales | 09 Mar Diez embarcaciones hundidas, unas 30 con daños de diversa entidad, centenares a la deriva y la destrucción de las 10 marinas del Yacht Club Entrerriano, de Concepción del Uruguay, fue el saldo que dejó la tormenta del pasado miércoles, según informó a EL TELEGRAFO el comodoro de la institución, Víctor Pietroboni, quien afirmó que las pérdidas económicas son cuantiosas y aún están siendo evaluadas.
Los 188 milímetros de agua caídos en pocas horas en Concepción del Uruguay --52 milímetros más que la media normal correspondiente a todo el mes de marzo-- fueron los responsables del desastre generado por una aceleración del curso de agua --comúnmente denominada “enchorrada”-- del arroyo El Molino, sobre el cual está ubicado el Yacht Club a aproximadamente 1 kilómetro de su desembocadura en el río Uruguay.
Según Víctor Pietroboni, el fenómeno fue “imprevisible y se dio a causa de la gran cantidad de agua caída en poco tiempo”, puesto que la intensidad de las lluvias del pasado miércoles 4 se intensificaron sobre las 7 de la mañana y para las 10 la correntada ya era tan violenta que no se podía entrar para hacer algo”, dijo.
Agregó que “la velocidad del caudal del arroyo a unos 30 kilómetros por hora arrasó las marinas náuticas, hundió diez embarcaciones y provocó daños en tres decenas de las 300 embarcaciones que se encontraban ancladas en el lugar”.
“Las embarcaciones más afectadas fueron las diez que se hundieron --aunque todas fueron rescatadas--, mientras que las restantes sufrieron raspones o roturas menores por causa de chocarse o de enredarse por efecto del movimiento del agua, salvo una en la que se incrustó una marina sacándola hacia fuera del río. En otros casos hubo roturas de hélices y motores”, dijo Pietroboni.
“Fue un desastre, los memoriosos recuerdan que hace unos 50 años ocurrió una vez que el arroyo tomó una velocidad similar. Fue un verdadera versión de río de montaña, no de llanura como lo es en realidad”, agregó durante la consulta telefónica realizada desde nuestra Redacción.
Además de la pérdida de las diez marinas, el muelle de combustible se partió en dos y los árboles y ramas que, con violencia, arrastraba la corriente más la fuerza intrínseca de la misma provocaron el desastre en el que, felizmente, no hubo que lamentar lesiones personales. Decenas de embarcaciones quedaron esparcidas a lo largo del canal de acceso al puerto de Concepción del Uruguay y embarcaciones que estaban amarradas en el Yacht Club arrastraron a otras al encontrarse con los amarraderos del Club Regatas Uruguay.
Asimismo, hubo que sacar lanchas que se encontraron metidas entre los pajonales de las islas cercanas, por lo que se acudió a la ayuda de embarcaciones del Ejército y la Prefectura, que por su potencia permitían el arrastre de varias embarcaciones a la vez. Fue muy importante la labor de baqueanos del río que, en pequeñas lanchas, también contribuyeron a orientar la labor de rescate.
Solidaridad sanducera
Aunque es evidente que las pérdidas económicas son cuantiosas, según el comodoro del Yacht Club aún no se cuenta con una evaluación total de las mismas. “Tras este suceso, deberemos tomar otras precauciones pero no tenemos los fondos para realizar la inversión necesaria, que será cuantiosa. Seguramente deberemos acudir a la voluntad de los socios y tramitar alguna ayuda estatal”, dijo Pietroboni. También agradeció al Yacht Club Paysandú por su solidaridad y el ofrecimiento de lugares en la costa sanducera para albergar a barcos afectados. No obstante, señaló que la mayoría está siendo amarrado en la costa frente al Yacht Club Entrerriano.