Paysandú, Viernes 20 de Marzo de 2009

OPINIONES

Recibimos y publicamos

Locales | 15 Mar Lamentamos profundamente las manifestaciones de las personas a cargo en este momento de las instalaciones de la Policlínica del Puerto.
Como integrantes del Rotary Club Paysandú Puerto entendemos que no es nuestro cometido ni polemizar ni formular declaraciones en busca de publicidad. Menos está en nosotros fomentar un diálogo carente de información precisa.
Sí queremos responder a todas las personas que se atienden usualmente en nuestras dependencias, porque en definitiva es a ellas a quienes hicimos la promesa y nos comprometimos a hacer nuestros servicios mejores.
Cuando solicitamos hacer el traslado de la Policlínica del Puerto, para Avda. Brasil 480, era nuestra intención y responsabilidad mover la antigua policlínica a nivel superior a 8 metros que es donde usualmente llega el agua cuando hay inundaciones. La señora Sanabria estaba allí en su puesto luchando en condiciones primarias. La idea era y sigue siendo ofrecer mejores servicios, aunque también con ello se dejara un sitio histórico como su anterior ubicación, que era Avda. Brasil y Paz.
Se nos entregó la responsabilidad y la asumimos. Montamos una nueva policlínica a nuestro cargo. Si bien es cierto que recibimos una valiosa donación, el consultorio odontológico completo, lo demás fue comprado poco a poco y reponiéndose a medida de las necesidades. Por mucho tiempo nuestros socios donaron sus honorarios médicos para ponerlos al servicio de la gente y escuelas 1 y 3 (odontología y pediatría). En dos oportunidades se amplió la capacidad de atención con mejoras edilicias.
A medida que aumentaron los servicios, la capacidad fue menor para el flujo de gente. Pensamos que también podían usarse las instalaciones en la tarde, como forma de aumentar la respuesta. Consultadas las autoridades de Salud Pública nos dijeron que de tarde, salvo en raras ocasiones, allí no se trabajaba, como en algún momento se hizo y nos consta.
Fue entonces que decidimos en 2007 presentarnos al Presupuesto Participativo. Le otorgaron a nuestro proyecto $250.000. La Intendencia corrigió los planos. ASSE, donde era obligario presentarlos, manifestó su opinión. Hizo observaciones que no conocemos pues los planos nunca volvieron a nuestras manos. Cuando consultamos, las respuestas no llegaron de Montevideo.
En determinado momento nos contactamos con un persona encargada del tema que se comprometió a traer los planos de Montevideo… Así llegamos a octubre de 2008. Todos los demás grupos ya estaban concretando sus obras, nosotros aún al día de la fecha seguimos en espera de los planos. No sabemos por culpa de quién no nos llegaron todavía. Sí nos llegaron las opiniones de los doctores, enfermeras y todas las personas que se sintieron capacitadas para hablar de este proyecto.
Esto señores es nuestra realidad.
Aceptamos que sí, es cierto que se inunda. Hacemos todo lo posible por mantener, los techos y desagües libres de hojas. Aunque es una casa antigua, está todo en condiciones.
Pedimos a la IDP en varias oportunidades que se nos podaran los árboles. Nos derivaron a Paseos Públicos. Allí en marzo de 2007 y 2008 nos contestaron que éramos los primeros en la lista. Sí, los primeros en la lista, porque éramos una policlínica. El intendente en persona estuvo en una reunión en la sede rotaria, ubicada detrás de la policlínica. Se trató el tema de la reforma, se le solicitó ayuda por la poda y estuvo de acuerdo.
Si tenemos que ser sinceros, buscamos muchas soluciones para responder a las necesidades; pero es difícil adelantar posiciones concretas cuando hay tantas derivaciones.
En un momento inclusive pensamos en comprar un salón a nuestro vecino. Pero además de comprar un terreno debíamos hacernos cargo de tasaciones, mensura, partición de un padrón e impuestos correspondientes. No podemos. Sin embargo, como siempre estamos abiertos a las colaboraciones, así como han llegado a nosotros las opiniones.
Pensamos que podíamos tener más apoyo si nos conocieran más y conocieran nuestras obras. Estamos a la orden para ustedes. Aportamos a la sociedad, a Paysandú todo, algo que para el ser humano es muy valioso: nuestro tiempo libre. Todos nosotros necesitamos trabajar para vivir.
Queríamos a hacer estas precisiones, estamos acostumbrados a trabajar, necesitamos ayuda. Humildemente debemos agregar que Dios nos dio: dos ojos para ver, dos oídos para oír, dos manos para trabajar, pero una sola boca para tratar de ser justos en nuestras observaciones.
Muchas gracias por prestarnos vuestra atención.
Socios de Rotary Club Paysandú Puerto

LA VOZ DEL PÚBLICO
Una villa en decadencia
Tambores, 11 de marzo de 2009.
Hoy vemos con dolor cómo vamos perdiendo valores tan básicos como el respeto, el compromiso y la tolerancia.
Hace algunos días nuestros niños, los hombres del mañana, comenzaron su año escolar. Hasta el día de la fecha no han podido llevar material de estudio a la escuela, ya que la Biblioteca Municipal los colocó como rehenes de una situación a la que ellos están ajenos. ¿Es esa la educación que quiere la IDP para nuestros niños?
Hoy, por resolución del Ejecutivo, nos deja la avenida principal a media luz ya que sacan los globos de luz de dicha avenida porque les ocasiona demasiado gasto. ¿Las autoridades no saben que esa avenida es, el sábado y domingo a la noche, el punto de reunión de todos los jóvenes de la villa?
¿Dónde queda la seguridad? Señores gobernantes, ¿el árbol no los deja divisar el bosque?
C.I. 2.992.267-1

LA VOZ DE PÚBLICO
¿Símbolo de Libertad?
Sé que muchos lectores al leer el final de este artículo me van a calificar con alguno de estos epítetos: “cuadrúpedo”, “animal”, “bruto”, “bagual”, “ignorante” o “caballo”. Y está bien. No soy nada más que eso: un simple caballo. Pero sí permítanme, amigos lectores, hacer algunas puntualizaciones que creo convenientes referidas a nuestra familia: la raza Criolla. Luego díganme si estoy o no equivocado. No voy a hablar de mis parientes: la raza Árabe, ni el Pura Sangre de carrera, ni el Cuarto de Milla, ni el Hannoveriano, ni el Appaloosa, ni el Lusitano, ni el Percherón, etcétera. Porque si bien somos parientes, no los conozco mucho, pues ellos viven “su vida” y nosotros la nuestra. Pero como animales que somos, nos llevamos bien entre todos.
No olviden, amigos, que nosotros, la raza Criolla, somos caballos de trabajo, de peón y de soldado. Recuerden que sobre nuestro lomo se ganaron muchas batallas y se forjó la patria. Actualmente, y sin temor a equivocarme, debo decir que debemos ser la especie equina más difundida en Uruguay. Bueno, no quisiera hablar de estadística ni de heráldica, pero si miran bien nuestro escudo patrio, verán en el cuartel inferior de la derecha (se considera parte derecha del óvalo la izquierda del observador, digo esto por alguno como yo) a un colega mío (caballo) en actitud de movimiento, indicando estar suelto y libre. Pues bien, eso quire decir que representamos “La Libertad”.
Ahora pregunto: ¿no todos mis colegas gozan de ese don? Porque hay algunos que son maltratados, encerrados en un reducido predio, pelados, sin darles sus dueños (algunos, no vayan a interpretar mal) ninguna clase de ración; debiéndose mantener con los residuos de comida que juntan durante la noche por toda la ciudad los hurgadores, que dependen de nosotros. ¿Eso es libertad? ¿Trabajar cinchando un carro cargado de basura o pisando barro en los hornos de ladrillos o tirando pesadas cargas de arena, tierra, leña o ladrillos, mal alimentado, fatigado y muchas veces hasta enfermo?
Entiendo perfectamente que nosotros muchas veces somos el único sostén de esas familias, ya que les ayudamos a ganar su jornal de manera honesta. Pero por lo menos deberían considerarnos un poco. No es nada imposible ni fuera de lugar lo que estoy pidiendo para mis colegas. Si, como dicen algunos políticos y dirigentes sindicales --“Hay que respetar los derechos humanos”-- es verdad, pregunto a esos señores: ¿y nuestros derechos? ¿O por ser un mamífero vertebrado del orden de los Perisodáctilo, familia de los équidos o Solípedos, subfamilia de los Equinos, género Equus, subgénero Caballus, no tenemos ningún derecho que nos proteja?
Si muchas veces no podemos con la carga que nos obligan a transportar, ¿nuestros dueños nos pueden azotar libremente y a su antojo? O cuando algún irresponsable, después que finalizamos las tareas nos sueltan a la calle, como diciéndonos: “revolvete como puedas”, a riesgo de que involuntariamente produzcamos algún accidente, luego, ¿somos los únicos responsables?
En ese caso lo primero que hace la Policía con la Intendencia es arrearnos hasta algún predio de donde no podamos salir sin que nuestros dueños paguen una multa. Y eso cuando logramos salir con vida de allí (del accidente).
El promedio de vida de nuestros dueños ronda entre los 70 u 80 años aproximadamente. A los 60 años ya se pueden jubilar y si no, con unos pocos años más tienen derecho a una pensión a la vejez. ¿O no? Bien, nuestro promedio de vida es de entre 25 y 40 años (si llegamos). Y a nosotros, ¿qué nos dan en nuestra vejez? “¡Mucho palo pa´ que aprenda...!” (como dice la canción). No tenemos ninguna gremial ni agrupación política (a no ser que falte poco para las elecciones y ahí sí se acuerdan algo de nosotros, para que nuestros dueños los voten) que haga valer nuestros derechos.
Para colmo de nuestros males, y esto es lo que más me indigna, es que se rumorea entre nuestros compañeros que viven en la campaña, de que por ahí andan algunos paisanos, o mejor dicho disfrazados de “paisano” (porque sinceramente creo que el verdadero paisano o gaucho de nuestra tierra, el que convivió con nosotros toda una vida juntos en las tareas del campo, ya sea el humilde peón de estancia, el tropero, el domador, etc.) haga con nosotros lo que les voy a contar.
Dicen que hay quienes recorren nuestra campaña --algunos hasta en modernos coches-- comprando colegas (caballos) de cualquier marca, pelo y estado sanitario, para embarcarlos con destino a algún frigorífico. ¿Para qué? ¿O con qué fines? Pregunto.
¡Sería lo último que le podría pasar a nuestra raza! Que después de servir toda una vida “burreando”, vayamos a parar a su mesa familiar o a la de algún gringo en un país extranjero, convertido en un embutido. Quisiera que si algún colega amigo sabe algo de todo este “curro”, también lo haga saber; porque se trata del fin de nuestra raza Criolla ... Y yo soy un pobre matungo actual y no quisiera terminar mi vida de esa manera ... hecho conserva!
Luis Hidalgo


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