RUBEN MARQUEZ

Deportes | 18 Mar MENDOZA (Especial por Santiago Balbis). La reacción fue la de todos, la de propios y extraños, que sintieron que Adriana Herrera había cumplido más allá de la derrota. Pero el técnico de la sanducera, Ruben Márquez, hizo una autocrítica valedera sobre lo sucedido, tan solo minutos después de que la boxeadora se encontrara sin chances de alcanzar el cinturón sudamericano por el que salió a pelear en Mendoza.
“Esta experiencia nos lleva a que no podemos cometer más locuras, porque le llevaba dos categorías, aunque no es excusa. Simplemente tuvimos demasiada confianza en el trabajo, que fue muy bueno, pero nos dimos cuenta de la realidad: no se puede dar ventaja en la categoría”, fueron las primeras palabras del entrenador.
-Podrá decirse que la reflexión llega después de la pelea, pero ¿no siente que se salteó un escalón?
-“Sí, sin dudas. Se saltó un escalón demasiado alto. Los errores son nuestros, me hago responsable porque la confianza mía fue mucha, pero sirvió de experiencia darnos cuenta de que hay que pelear en la categoría de uno. No podemos dar seis kilos de ventaja por más fenómeno que sea la chiquilina”.
-Herrera se encontró con una rival muy superior.
-“La diferencia la hicieron los kilos. El nocaut técnico vino por eso, porque la pelea estaba bien, controlada hasta el cuarto round, en el que sintió una mano. Y de ahí en más Marcos se agrandó, porque un boxeador sentido termina siendo carne de cañón para el otro”.
-Todos rescataron la guapeza de Adriana, que se retiró aplaudida.
-“Sin dudas, esa fue la gran confianza que teníamos nosotros. Lo que boxea, lo guapa que es. Creo que ese fue el gran error: la confianza que tuvimos. Lo rescatable es la experiencia que se vivió; ella que guapeó y no quería que le tirara la toalla. Cuando le dije que no iba más se puso a llorar y me decía que aguantaría los últimos dos.
A este deporte lo tomo como una pasión; no lo hago ni por el dinero ni por matar gurises. Por eso paré la pelea. Si fuera otro quizá dejo que la lastimen porque ella quería seguir, pero yo no dejo lastimar a ningún boxeador, porque no me hubiera gustado que me lo hicieran a mi”.