Nacionales | 18 Mar El Índice de Mortalidad Infantil de 2008 se situó en un 10,66 por mil niños nacidos vivos, el séptimo más bajo de América. Desde el Ministerio de Salud Pública se evaluó que el registro -el menor en la década- se logró gracias una serie de programas como protección a mujeres embarazadas, la ampliación de los controles pre y post natales y a la campaña de vacunación antineumocóccica.
A excepción de 2007, cuando se registró un aumento de un punto porcentual, la tasa ha venido descendiendo paulatinamente desde 2003. “Si bien vamos descendiendo, nuestro país tiene que lograr cifras de un dígito y debemos hacer entre todos el esfuerzo de llegar a eso”, dijo la ministra de Salud Pública, María Julia Muñoz.
La denominada mortalidad neonatal o mortalidad dura (niños de hasta 28 días de vida), es de 5,9 por mil, mientras que la mortalidad postnatal (niños de 28 días a 11 meses) el promedio es de 4,74 por mil. Las causas principales son infecciones respiratorias agudas, diarreas y malformaciones congénitas.
La tasa de mortalidad infantil es un indicador complejo que además de su fin específico, brinda datos sobre la calidad de la infraestructura sanitaria de una determinada población y las condiciones ambientales, sociales y económicas en las que vive. En el Interior, Maldonado registra solamente 4 por mil, en tanto que en Cerro Largo y Treinta y Tres trepa a más de 15 por mil. Muñoz reconoció que en esos departamentos existe además una insuficiencia de pediatras y obstetras, lo que se suma a las pésimas condiciones de vida que padecen los pobladores de esa zona del país. En el caso de Las Láminas, en la ciudad de Bella Unión, la mortalidad es de 13 por mil, cuando en 2003 alcanzaba el 53 por mil.
La ministra llamó la atención sobre un dato verdaderamente preocupante. Si bien no ofreció porcentajes, aseguró que la mayoría de los casos de mortalidad infantil ocurren en los hogares y no en sanatorios u hospitales. Para 2009 el Poder Ejecutivo se planteó como meta lograr un índice de solo un dígito. Se prevé incrementar los controles a los niños mediante pesquisas precoces ante la eventual aparición de problemas, además de continuar implementando el plan preventivo de la infección respiratoria aguda.