Paysandú, Lunes 23 de Marzo de 2009
Locales | 20 Mar El parte del Comandante Aberastury prosigue así: “El ataque nos lo trajeron todas las fuerzas sitiadoras en número como de cuatro á cinco mil hombres y algunas piezas de artillería, dejando sus reservas á poca distancia, y continuando simultáneamente con el ataque el fuego de la batería Norte y de las cañoneras á los centros á la defensa”.
“Excuso pintar á V.E. el delirante entusiasmo que en presencia de tan formidable ataque manifestaron los defensores de Paysandú, desde que V.E. sabe el poder de la libertad cuando combate con esclavos y renegados”.
“El resultado fue el que siempre obtienen los defensores de la ley, del hogar, de la familia y del suelo de la Patria contra sus infames y sacrílegos profanadores”.
“Cada uno de nuestros soldados parecía multiplicar sus fuerzas, á cada compañero que caía herido por el plomo enemigo, y los agresores, que ya habían cantado el triunfo, fueron rechazados como unos miserables”.
“En la vergonzosa derrota que sufrieron y que importaba para ellos el más grande y amargo desencanto, se escudaron llevando sus piezas de artillería en varias barricadas y casas a distancia de media y una cuadra y abrieron troneras para dirigirnos sus fuegos á mansalva, desprendiendo durante todo el día batallones á atacarnos, pero sin más resultado que el del ataque de la mañana”.
“No puedo prescindir de comunicar a V.E. un hecho que basta á inmortalizar al heroico General Píriz, y que dice mucho a favor de la justicia de la causa á que sacrificó su vida. Los enemigos se habían posesionado de la Aduana, calle por medio de la defensa Oeste, acantonándose allí en número de más de doscientos cincuenta hombres. En esta circunstancia, el General Píriz, á la cabeza de sólo veinticinco libres, con revólver en mano entró el primer a dicha posesión é hizo desalojar a los que la guardaban, matándoles más de cincuenta hombres”.
“Todo el día y toda la noche siguieron incesantes los ataques parciales y el fuego de cañón, hasta el día 2 sin dar tiempo para comer ni dormir á la guarnición”.
“Dos horas después de hecha desalojar la posesión de la Aduana por el General Píriz, este mismo en momento de poner á un cantón enemigo la puntería de un cañón, fue herido en el estómago por una bala de fusil, habiendo muerto á consecuencia de ella la madrugada del día 2”.
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