Paysandú, Miércoles 25 de Marzo de 2009
Rurales | 19 Mar En la zona de Vichadero, departamento de Rivera, en el establecimiento “San Luis”, casi 100 personas participaron de la jornada promovida por Agronegocios del Plata (ADP). Allí las lluvias previas fueron el preámbulo perfecto para la exposición del experto en fitopatología, ingeniero agrónomo Marcelo Carmona, a la vez que ofreció un modelo de decisión de uso de fungicida.
Denominado “3 situaciones, 3 paradas, desde R3 a R5,5: el período clave”, tanto Carmona como Adriana Kantolic expusieron sobre ecofisiología en el cultivo de soja, aspecto que refiere a cómo interactúa el cultivo con las variables del ambiente.
Kantolic sostuvo que “el rendimiento de la soja no se da por la cantidad de hojas ni la cobertura sino por la cantidad de granos. Para llegar a un rendimiento de 3.000 kilos de soja, que sería alcanzable, se requieren alrededor de 2.000 granos por metro cuadrado”. En cuanto al nivel de rendimiento en un cultivo de soja precisó que “lo importante es el número de vainas del cultivo, no la cantidad de granos por vaina”.
Acotó que la cantidad de vainas “depende, en primer lugar, del número de nudos. La altura de la planta no es importante. A su vez, no todos los nudos importan, sino los nudos fértiles, es decir, aquellos que por lo menos tienen una vaina normal con granos”. Explicó que “hay que ver la cantidad de vainas por nudo, esto hace la diferencia. Es relevante la nodulación por inoculación, nutrientes, y la radiación a compartir entre las plantas en el período crítico reproductivo. Un buen cultivo se logra cuando capta bien la radiación, cuando comienzan a formarse las vainas. Hay que mantener el área verde, que el área sana dure lo más posible para captar la radiación”.
Hongos
Así se conjugaba la temática de Kantolic y Carmona: ya que los hongos, que son parásitos, toman los alimentos de la planta porque ellos no pueden elaborarlos. Indicaron que “cuando pensamos en trigo vemos la roya, la mancha amarilla, las identificamos y tomamos decisiones -comparados con la soja es mas fácil-, pero en fitopatología es difícil porque no veo los hongos, tengo que ver los síntomas. Los hongos de las enfermedades de la soja están latentes (escondidos) y se llevan los recursos. Por eso se habla de ‘enfermedades de fin de ciclo’: las veo al final del ciclo pero no puedo esperar al final de ciclo para verlas”.
Fungicidas
En cuanto a los fungicidas, “no todos son iguales en soja, según las variables: disponibilidad de agua, fecha de siembra. El fungicida está diseñado para el hongo, no para la planta. Habitualmente la decisión en la aplicación de fungicida se determina por el costo, el precio de la soja, en cómo vemos al cultivo en su potencial, pero debería pensarse también en los patógenos --cuántos, cuáles--, ya que el fungicida no es fertilizante, no tiene el foco en la planta”.
Para los profesionales que llevaron adelante la actividad, “mirar la bordura de los lotes es de gran utilidad porque ahí los hongos reciben más irradiación por la exposición al sol. Ahí vamos a encontrar los hongos”.
Lluvias
“Las lluvias aparecen como el principal protagonista para la toma de decisión”, indicaron. “Todos estos hongos necesitan de la lluvia para hidratarse, multiplicarse, transportarse a otras hojas y por ello debemos esperarla antes de la aplicación de los fungicidas”.
Al concluir afirman: “Nuestros estudios dicen que al menos debemos esperar que caigan 40-60 mm de lluvias desde R3 para poder aplicar, ya que allí estaremos seguro que estos hongos que se esconden a la vista, estarán multiplicándose, queriendo infectar, germinando etcétera aunque no lo veamos y allí entonces el fungicida cumplirá su misión”.
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