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Paysandú, Miércoles 25 de Marzo de 2009

El relleno sanitario, un mal necesario

La gestión de la basura, un servicio esencial y caro para los sanduceros

Locales | 22 Mar Con una dotación de cuatro máquinas pesadas, tres bulldozer y una pala mecánica -de los cuales funciona solo una- y ocho funcionarios, el vertedero municipal sigue con un déficit de mantenimiento, derivado de las pocas máquinas que funcionan, y el continuo ingreso de hurgadores que no están técnicamente autorizados para trabajar en el predio pero burlan la vigilancia ingresando por la parte sur y oeste del predio.
Desde la última “visita” realizada por EL TELEGRAFO, el tejido perimetral fue roto en más lugares, y el portón de acceso desde el Sur ya casi no existe.
La veintena de personas que vivían o tenían sus “ranchos” dentro del monte, unos 200 metros al sur del predio municipal, ya se acercaron al borde del arbolado, “para cuidar lo que recogemos, hasta que viene el comprador”, según explicó uno de ellos, ya que parte de su carga queda “vigilada” junto al alambrado, hasta que llega el camión comprador.
Si bien el número de clasificadores no varió sustancialmente, es menor que el año pasado, en general porque han conseguido algún trabajo o desarrollan las tareas de clasificacion sin llegar al vertedero. Tampoco se vio ningún niño o adolescente en el predio ni en la zona lindera de monte. Lo que hay es un trabajo más demandante para los clasificadores, en busca de elementos reciclables que puedan vender a los acopiadores. La baja de los precios -vinculada a la menor demanda, en el caso de los metales, para quienes los exportan- es una de las razones que tienen para aumentar el volumen, y así mantener el “jornal”. La “ventaja” relativa, es que ahora tomaron otra conciencia del valor de lo que recuperan, y consiguen mejores precios que tiempo atrás, cuando debían tomar lo que le pagaban sin tener referencia de esos valores.
LA VIEJA MAQUINARIA
El único equipo que está funcionando (aunque hay que empujarlo porque no tiene arranque) es un bulldozer con no menos de 30 años de antigüedad, pero de una marca reconocida. Hay otros más nuevos, uno de ellos comprado en 2000, pero cuyo costo de reparación excede largamente los 20.000 dólares, y está en “lista de espera” para ingresar al taller. Se trata de un equipo de mediana calidad, y que “es muy blando para la tarea que tiene acá”, dijo uno de los funcionarios. Como relación al respecto, el precio que se pagó nueve años atrás fue de 270.000 dólares, cuando un equipo similar pero de marca reconocida y europeo, rondaba los 500.000 dólares. “Esa diferencia se nota después, en el trabajo, porque no es lo mismo hacer vialidad que estar acá” dijo.
En el taller municipal también hay una pala mecánica que está en reparaciones, y que “en unos 45 a 60 días estará trabajando”, según dijo el director de Talleres, Jorge Medina. En este caso, los repuestos originales, que ya fueron pedidos al importador y demoran no menos de 30 días, tienen un costo de 9.750 dólares y un trabajo hecho en una tornería sanducera presentó una boleta de $ 13.800, lo que da una idea de la magnitud de los costos de mantenimiento que tiene este tipo de maquinaria.
Medina, junto al jefe del taller mecánico, Antonio Martínez, explicó que las reparaciones “son más baratas que antes, porque se utiliza mano de obra del mismo taller municipal, y lo único que se hace afuera es la tornería”. Para esto, se ha preparado personal que es competente para trabajar en equipamientos que tienen peculiaridades mecánicas, aunque atienden a toda la flota municipal. Sobre el resto de las máquinas del vertedero no hay novedades sobre su puesta en marcha.
No obstante, se está trabajando con el apoyo periódico de una pala mecánica de la dirección de Vialidad de la Intendencia, que volvió al terreno del vertedero coincidentemente con la realización de esta nota, unos 20 días después de haber dejado las tareas en ese lugar por tener otros trabajos de su propia dirección. Es la máquina con la cual se hace arrancar el bulldozer, como pudo constatar el equipo periodístico de El TELEGRAFO.
MÁS MOSCAS Y BASURA
Así las cosas, hay un atraso importante en el trabajo de mantenimiento del relleno sanitario, donde se ha ido acumulando la basura durante los días que no hubo máquina, significando que no se pudiera hacer el trabajo de poner una capa de tierra cada determinada cantidad de residuos, como es lo habitual.
Por una parte eso permitió que los clasificadores pudieran retirar más materiales reciclables, pero también que hubiera una mayor concentración de moscas por la basura orgánica en descomposición.
Otro elemento llamativo es la cantidad de caballos que están dentro del predio, comiendo directamente entre la basura, aún con el riesgo que implica para el animal comer donde hay miles de bolsas de nylon. De hecho, la semana pasada uno de esos animales murió, seguramente intoxicado por las bolsas al no poder digerirlas. Su cuerpo enorme, más grande aún por lo hinchado que estaba, se mostraba al aire libre literalmente tapado de moscas.
Usualmente en estos casos -que suceden periódicamente- los cuepos son enterrados por el mismo equipo pesado que prepara el relleno sanitario, pero en este caso no lo había.
“No todos los caballos son de los clasificadores, algunos son de los hornos de ladrillos que hay en la zona”, explicaron.
LOS DESECHOS INDUSTRIALES
También se acumularon los desechos que tiran directamente en el vertedero algunas de las industrias sanduceras. Líquidos con desechos químicos (aunque no muy contaminantes, según se aclaró) son arrojados sobre el lado Oeste del vertedero, y mostraban una zona barrosa que tampoco recibió todavía la capa de tierra habitual.
La industria alimenticia que tira habitualmente sus productos vencidos, cambió la forma de hacerlo ante los problemas que se presentaban cuando algunos hurgadores “recuperaban” sachets que contenían pulpa de tomate o jugos, y eventualmente lo utilizaban ellos mismos, o potencialmente lo comercializaban. Aún pueden verse algunos envases que no fueron enterrados. “Ahora la empresa cambió la forma de descartar los productos vencidos”, explicó Medina, señalando que “en su propio galpón ponen la pulpa o los líquidos en bidones que después traen y vuelcan en el terreno del relleno sanitario, y eso no es recuperable”, dijo el director municipal. También la empresa y los clasificadores llegaron a un acuerdo por el cual los envases de nylon y de cartón que son desechados, los levantan directamente de la fábrica.
En el caso de los restos de pelo vacuno, descarte del cuero, se estaba acumulando por la falta de máquinas en la zona ya “recuperada” de ingreso al predio. Tiempo atrás esto se utilizaba para desarrollar compost en la planta instalada a esos efectos en el galpón junto al predio.
También, aunque muy esporádicamente, son dejados en el lugar productos también vencidos pero que los trae la dependencia local de Aduanas. Se trata en general de bebidas refrescantes decomisadas y ya con las fechas muy anteriores, aunque a veces viene también alguna bolsa de sal u otros productos, según se indicó.


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