Locales | 27 Mar El programa de los Centros de Atención a la Infancia y a la Familia (CAIF) que se desarrolla en el ámbito rural permite, al igual que en las ciudades, atender a niñas y niños desde la primera infancia hasta los tres años. El programa ya superó la atención de cuarenta mil niños en todo el país y promueve el involucramiento del sistema privado con el público.
La directora nacional de CAIF, licenciada Ana Cerutti, en oportunidad de inaugurar el centro de San Javier dijo a EL TELEGRAFO que “es un desafío bien importante para el plan, porque una vez que comienza un nuevo programa hay que ver cómo la misma comunidad lo toma como propio y cómo se moviliza con fuerza y trabaja para transformar en realidad cada proyecto. Hablamos de calidad de material, pero también de buena calidad humana. Es un verdadero regocijo que una población se comprometa con los niños. En realidad, una vez que se instala en un determinado centro poblado, el centro abarca un radio de mayor extensión que el de la propia localidad. La experiencia de estos programas es absolutamente interesante y sumamente positiva. Los planes son para todos los niños, por lo tanto tenemos que estar en los grandes conglomerados y en las ciudades capitales donde se encuentra la mayor parte de los niños, pero si hablamos de derechos también tenemos que estar en todas las localidades”, puntualizó.
Por su parte, el director nacional del Instituto del Niño y el Adolescente de Uruguay, Jorge Ferrando, detalló el avance del programa y el impacto que tiene en pequeñas sociedades. “Entre marzo y  abril el CAIF inaugurará 10 nuevos centros y en el marco del Plan de Equidad estamos llegando a la nueva meta de 43.000 menores de tres años atendidos en el sistema. Creo que es la mejor política social que tiene el país. Es una política que ya cumplió 20 años y reúne el esfuerzo público nacional y departamental con la organización de la comunidad, que abre nuevas fuentes de trabajo en pequeñas localidades, donde en muchos de los casos las educadoras son del mismo centro poblado. Todo ello nos ayuda a avanzar no solo en cantidad, sino también en calidad”.
“Articulando cursos de formación en primera infancia, con el apoyo de un equipo de supervisoras que se ocupan de desarrollar un seguimiento para asegurarnos que la calidad educativa sea la adecuada”, agregó.