Deportes | 24 Mar El cuerpo técnico se asombra por las ganas del plantel. Y no es para menos si se tiene en cuenta que desde el día en que se suspendió el partido por la primera semifinal ante Salto, el 18 de febrero, el Litoral Norte está paralizado.
Salvo aquellos que ya no están por motivos de fuerza mayor (laboral y de estudio), el resto de los jugadores que conforman el núcleo de la selección mayor de Paysandú trabajan como el primer día.
“Pero mirá, si hasta estos dos que están suspendidos por tres partidos siguen entrenando como el primer día… El plantel le pone unas ganas bárbaras”, tiró el técnico Sergio Esquivel.
Ramiro Chumino, el profe que un rato antes había exigido a fondo al plantel, tuvo palabras similares. “Es increíble lo que trabajan y las ganas que ponen. Imaginate que hicieron 20 pasadas de 80 metros en velocidad y terminaron con definición en pases largos, y demuestran estar en gran forma física”, relató. Solo Correa y Alegre, con aviso, faltaron al entrenamiento de ayer. Pero pese a no tener competencia el plantel se mueve como si ya fuera a salir a la cancha. Hoy, por lo pronto, se espera hacer fútbol continuando con la preparación de cara al choque revancha ante Salto, sin descuidar la posibilidad de jugar el “pico” de 40 minutos del primer partido, ocasión en la que Paysandú deberá presentar ocho jugadores en el terreno, ante siete salteños por expulsión.
Pero Esquivel no esconde su preocupación ante la prolongada espera. El fallo se hace esperar y, más allá de la predisposición del plantel, está claro que la situación no es la ideal. “El fallo tampoco salió.
Así que todavía no voy a realizar la convocatoria que tenía pensada, porque sería una falta de respeto. Lo haré cuando se defina todo esto”, dijo momentos antes de compartir la cena realizada anoche con los futbolistas.